capítulo 3

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Chaeyoung

Empecé a sentir una extraña vibra en el bosque; un cambio de clima tan radical se apoderó del lugar.

Es una de las estaciones que nosotros los lobos le tenemos una especie de 'Amorodio' al invierno. Los alfas nos volvemos más sopreprotectores de lo normal, salimos en busca de cazar o algo para alimentar a sus destinadas parejas y/o cachorros por cuidar y mantener.

El cambio de clima nos tomó sorprendido a todos, fue como que ayer estabamos disfrutando del sol, chapoteando agua del lago que algunos jugaban o nadaban para refrescarse de la calurosa tarde pero... no fue hasta que amaneció y todos nos miramos con una confusión.

El clima era exageradamente frío,la niebe ya se había adueñado de los pastos frescos, de los árboles y el lago ya estaba a nada de convertise en nada más que hielo.

Algo no me cuadraba, nunca habíamos tenido éste cambio de clima tan repentino no desde que aquellos seres fríos vivían cerca de nosotros, solo el más viejo de los vampiros podía ser capaz de controlar el clima a la estación que le plazca hasta incluso puede hacer que truene o caiga un rayo en estos momentos.

Pero éso no estaría pasando claro que no, Papá acabó con el vampiro más viejo e 'inmortal' sí, 'inmortal' porque Papá había descubierto que la única debilidad de aquel vampiro viejo en siglos fue nada menos que estar expuesto al sol durante un largo tiempo. Papá y entre otros alfas en especial alfas puros lograron atadar al vampiro en un árbol y lo dejaron ahí durante todo el día hasta que el sol quemara su piel.

No, no podía quedar ni un solo vampiro después de todo lo que pasó pero era inevitable no recordar este invierno, nosotros podemos tolerar este frío clima pero para mí me trae como un amargo recuerdo, la escena de mamá sufriendo por su incapacidad de caminar, la escena de papá verlo tan flaco y decaído. Todos esos recuerdos se sentía como un filo cuchillo atravesara mi corazón.

—¡Te dije que no irás aquel castillo!, ¿Puedes por favor calmar a tu lobo inquieto? más allá de este bosque no hay personas buenas cómo nosotros, entiende Dahyun. ¡No y no!.

Cada vez que sentia enfadarme mi lobo quería salir de mí, cómo si quisiera que ella tome el mando de mí y quisiera domar al inocente lobo de Dahyun, pero solo podía sentir mi lado humano. Enojarme y clavar mia uñas al hacer puño.

—¡Pues iré aunque no lo quieras!.— Me desafío encarandome, nunca me había desafiado de esa manera poniéndose tan rigida teniendola tan cerca.

—Escúchame bien Dahyun, sabes bien que todos ustedes deben obedecer a la orden de su líder en especial tú que eres una simple omega, cualquiera que me conozca tiene que obedecer mis palabras sin protestar, sin cuestionar. Así que será mejor que calmes ése lobo tuyo o a menos que quieras que hable de esto con tu madre y sabes bien que ella puede ponerte en tu lugar o bien tenerte encerrada en tu antigua habitación en la que dormías cuándo eras una niña.

No era yo la que hablaba, era mi lobo. Por primera vez lo sentí, sentí su seriedad y la manera tan dura de hablar, tan serio. Cómo si lo único que le preucupara era proteger a los más débiles en especial a Dahyun. Que es una de las omegas más inocentes que hay, ella fácilmente se encariña de cualquiera que le de cariño.

Y es por eso que aparte de cuidar a la manada también tengo que cuidar a Dahyun de la manada en especial de los alfas solteros que solo quieren usar a Dahyun por su satisfacción.

—Aush no, agh no por favor...

La vi tumbarse al suelo mostrándose indefensa al estar en esa posición, de cucharita abrazando sus piernas. Mientras empezaba a retorcerse del dolor que supongo que ya le llegó su celo. La ayudo a levantarse con la poca fuerza que tiene y la recuesto en mi cama.

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