PRÓLOGO

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Entendemos el destino como final único.

Y quizás ese sea el problema: no concebirlo como una sucesión de principios y finales. De búsquedas y de intentos. De marcas. De destellos invisibles. Y de sonrisas efímeras.

Constituido por personas eternas. Y reales. Llenas de miedos e inseguridades.

Con tiempo o sin él, el universo se expande. Las estrellas mueren. Los agujeros negros se crean. Las oportunidades se desvanecen. Las personas envejecen.

El brillo, en cambio, siempre permanece.
La dificultad reside en saber verlo.
No todo el mundo busca el brillo de las lágrimas de cristal.

El brillo de todas tus lagrimas de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora