Capitulo 1.

3 1 1
                                    

– ¿Así que lo viste?

– Si, así es. Iba saliendo de la entrevista cuando me choque con él, ya te lo dije.– Solté un soplido de frustración mientras la observaba con reproche.

– Sé que me lo dijiste, solo no entiendo por qué tanto alboroto.

– ¡Porque si es para tanto alboroto! – Pellizcando el puente de mi nariz en busca de la paciencia que no tenía, respiré hondo antes de continuar –. Entiende que no solo fue mi mejor amigo sino que también fué mi mayor crush durante gran parte de mi vida.

– ¿Y aún lo es?

– No lo sé, fue todo muy rápido. A penas dijo mi nombre me fuí de ahí, no reparé mucho en él.

– Entonces pienso que deberías verlo bien en una foto antes de sacar conclusiones.– Me arrebató la laptop que tenía sobre mis piernas y comenzó a teclear rápidamente –. Es famoso, debería tener millones de fotos en internet.– Esto último, lo había dicho más para ella, pero aún así la había escuchado.

Luego de varios minutos esperando, volteó la laptop de nuevo en mi dirección y me mostró aquello que había buscado.

La pantalla me mostraba una foto de Nathaniel en un elegante traje de color azul marino con el que lucía divinamente y que hacía resaltar sus hermosos ojos azules.

– ¿Y bien? – Enarcó una ceja esperando a mi reacción.

He de decir que no pude articular palabra alguna porque aunque quisiera negarme a verlo atractivo, para mí lo seguía siendo e incluso más que antes si es que eso era siquiera posible.

Allyson, mi mejor amiga y casi hermana, me observaba desde su posición esperando aún alguna respuesta o reacción por mi parte.

– Obvio no me gusta.– Me crucé de brazos y voltee mi rostro hacia otro lado.

De pronto, un cojín voló por los aires hasta estamparse con mi cabeza.

– ¡¿Qué diablos te sucede?! – Le grité mientras la fulminaba con mi mirada.

– Sucede… ¡que aún no lo superas!, han pasado años. ¿Cómo es que sigues enamorada de él? – Me reprochó ella muy sabiamente.

– ¡No lo sé!… no lo sé – Dije dejándome caer en el sofá tras un suspiro lastimero, perdiéndome en mis pensamientos mientras mi amiga luego de resoplar, se levantó de su lugar para rebuscar en mi cocina algo para comer.

– Solo digo que deberías pasar página con él. Es obvio que no podrán tener algo, tienen mucho de que no hablan y todo fue su culpa, así que no quiero saber que lo buscaste. ¿De acuerdo? – Me señaló con un dedo de manera acusatoria desde donde estaba mientras su otra mano mantenía abierta la puerta de mi alacena.

– Bien… no lo haré.– Accedí.

Minutos después regresó al salón con dos potes de helado y dos cucharillas respectivamente.

– Ten.– Me tendió uno de los potes y una cucharilla, para proceder a sentarse nuevamente –. No te llenes la cabeza de pensamientos que no van a aportar nada a la pequeña situación de tu vida. Mejor veamos algo en la tele y ya luego iremos a dormir.

Dicho esto, puso una de sus películas de terror favoritas con la que soltamos algunos gritos en las partes que más nos asustabamos a pesar de conocer todo lo que allí sucedía, sin contar mis peleas constantes con la protagonista por ser tan estúpida. Porque es que… ¿quién bajaría a un sótano cuando estás solo en casa y sin luz, solo porque escuchaste un ruido?

Por eso es que los matan.

Cuando la película por fin acabó, pusimos otra más tranquila para poder relajar toda la tensión que nos había dejado la anterior.

Uno, dos, tres... amor (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora