Giuliana Ricci y Martina Colapinto se conocieron a los trece años, cuando ambas llegaron a una escuela en España, lejos de su hogar en Argentina. Desde ese primer encuentro, su amistad fue creciendo hasta volverse irrompible, como un refugio en un m...
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capítulo 3. "memorias varias"
El día de Giuliana pasó muy lento. Los miércoles eran sus días libres en la empresa, solía dedicarse todo el día a preparar cosas de su nueva marca, como contactos de proveedores y demás, pero cada vez que intentaba concentrarse su mente volaba en distintas direcciones.
Hasta que, por fin, el reloj de pared que adornaba una esquina de la sala de estar de la casa emitió un sonido indicando las cinco de la tarde.
Giuliana tomó eso como señal de que era hora de comenzar a prepararse. Decidió primero tomar una ducha fría para poder sacar un poco el calor y nervios de su cuerpo, para luego dirigirse a su vestidor.
Luego de probarse miles de prendas y tirarla por todos lados, optó por un top strapless color beige con una sobretela de encaje negro, una falda de volados negra junto a unas botas hasta la rodilla de cuero adornadas con hebillas. Se maquilló sencilla pero con un toque sensual, un labial rojo.
Se miró miles de veces frente al espejo, convenciéndose de que estaba hermosa. De vez en cuando soltaba alguna que otra sonrisa mirándose, practicando como saludaría a Martina cuando la viera.
Sin darse cuenta, ya eran casi las ocho de la noche. Así que tomo su cartera y salió hacia el garaje en busca de su auto.
A los pocos minutos estaba en un restaurante en el centro de Milán, debía decir que Martina siempre tuvo buen gusto para los lugares de este estilo. Si bien era uno de los restaurantes más costosos, lo valía totalmente.
Antes de bajar del auto, suspiró profundamente pensando en cada una de las consecuencias que podría llegar a tener esta noche. Apagó el coche dándole vuelta a la llave y sacándola de la ranura.
Levantó la vista del volante y la vió a Mar, bajando de un auto. Primero sonrió por lo bella que se veía su amiga, pero luego, al ver dentro del auto, pudo ver a Franco hablando con su hermana. Sus piernas temblaron por unos segundos y cuando los hermanos se despidieron, ella bajó del auto.
Se apuró a llegar a la entrada del restaurante teniendo su vista en la chica que estaba preguntando por la reserva a su nombre.
Una vez que estuvo detrás de ella, toco levemente su espalda con su dedo indice, haciendo que Martina se diera media vuelta.
— Hola, Mar —Saludó Giuliana con entusiasmo—
— Giuli —Gritó la mayor con una inmensa sonrisa—
Ambas se abrazaron un largo rato, hasta que fueron interrumpidas por el mozo que las llevo hasta su mesa correspondiente.
Su lugar era hermoso, definitivamente había hecho una gran elección dejando de Martina eligiera el restaurante. Estaban sentadas en una mesa para dos en la terraza del lugar, la cual era un espacio completamente sofisticado y elegante, con tonos suaves y neutros que resaltan bajo la tenue iluminación nocturna. En lugar de sillas y mesas clásicas, había sofás amplios y cómodos están distribuidos en áreas de descanso bajas, rodeadas de mesas bajas, creando un ambiente íntimo y acogedor para los comensales. Además, las vistas abiertas hacia el exterior, que dejaban ver el pequeño jardín con vegetación ligera y una fuente que había en el restaurante, completan la escena.
