Ni yo soy Hansel, ni ella es Gretel

11. Confesiones

No lo supe en ese momento, pues solo intentaba salvarme y proteger a mi hermana del wendigo. Mientras estábamos en el bosque se quedaron solos mi mejor amigo y mi novia.

- ¿Quieres una copa? - dijo Ichigo tomando del botellero un vino añejo y un par de copas

Kuchiki se sentó en el sillón aún con lágrimas.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo sabiendo que tu mejor amigo se acostó con tu novia? - dijo la chica

- En realidad no creo que realmente me pusiera el cuerno, aunque tampoco me gusta lo que plantea Ulquiorra de que ese bebé pudiera ser de un tercero... Ulquiorra tiene una muy mala opinión de su hermana mayor... Además, he sido amigo de Ulquiorra desde que éramos niños, he tomado con él y se que dice la verdad, es de los que se duerme luego de unos tragos... - dijo el pelirrojo dando la copa a Rukia

- Ulquiorra no suele beber mucho, ni muy seguido, solo cuando festejamos algo muy importante o está muy deprimido... - dijo un poco más tranquila la mujer

Chocaron copas los dos amigos y tomaron el vino de un solo trago.

- ¿No deberíamos ayudarlos? - dijo más serena la pelinegra

- No, es peligroso el bosque... Y Ulquiorra es el que mejor lo conoce... - dijo el caballero sirviendo otra copa

- No lo sé. ¿Por qué me lo dijo así? ¿Realmente odia tanto a Ulquiorra? - dijo Kuchiki

El par se tomó el vino de un solo sorbo, para servirse uno más.

- No lo sé. Soy psicólogo, pero ni yo lo sé todo... Lo que sí puedo decir es que ese secreto los carcomia a ambos, por eso necesitaban sacarlo... Aunque no de esa manera... - dijo Ichigo tomando otra copa y sirviendose más

- Se que Ulquiorra constantemente le dice a Inoue hipócrita o mentirosa... Ella suele cuidar su reputación por lo que esas cosas le afectan de sobre manera, es una de las razones por las que no suelen hablarse... - dijo la de ojos violeta mientras tomaba su copa y pedía una nueva levantado la pieza de vidrio

El caballero algo mareado le sirvió otro poco de vino, después hizo lo mismo con su copa.

- Esperemos que no tarde en encontrarla... ¡Qué chica más imprudente...! Mira que correr embarazada de noche por el bosque... - dijo mi amigo tomando otro trago

- No sé porque no se cuida más, y a su bebé... Yo sería feliz con un bebé... - dijo la chica tomando otro trago

- Yo también. Me tomó por sorpresa... pero me dio mucho gusto saber que estaba embarazada... Lo que sí estoy pensando es que sí no vuelven en unas horas... Hay que llamar a la policía... ¡Lo más seguro es que nos digan que deben esperar hasta el amanecer...! - dijo aturdido el pelirrojo tomando otro trago

- Me preocupa que algo les pasé... No se lobos, coyotes... Realmente es muy descuidada Inoue... Estos últimos meses he estado buscando quedar embarazada... y no lo he logrado... Bueno... Solo han sido dos o tres... tampoco es como sí fueran tres años... - dijo la mujer tomando otra copa

- ¿Quieres una última copa para acabar con está botella? - dijo el psicólogo

- Sí, está bien... ¿Qué puede pasar por tomar una copa más? - dijo la bailarina

Kurosaki les sirvió a ambos lo que quedaba de vino. Ambos chocaron su copa, antes de tomarse todo de un solo sorbo.

- ¿De verdad quieres un hijo? - dijo mareado y con el juicio nublado mi amigo

- ¡De verdad! Solo que... le tenía miedo a la respuesta de Ulquiorra... Siempre tan libre, sin preocupaciones... introvertido... Pero cuando dijo lo de Inoue... supe que era la oportunidad... de hablar del tema... Para mi fortuna aceptó... - dijo mi novia

Ya desinhibido por el alcohol, Kurosaki fue hasta dónde estaba Rukia, recargo sus manos sobre el sillón, atrapandola, a solo centímetros de su rostro, lo que abrumo a mi chica.

- Sabés, hablando de cosas que no confesamos... Siempre me haz gustado, desde que nos conocimos en la escuela y nos hicimos amigos... - dijo con una sonrisa el atrevido

- ¿Por qué nunca me lo dijiste? - preguntó la de ojos violeta

- Porque Ulquiorra se te confesó... y es mi mejor amigo... no iba a pelear... Además conocí a Inoue después gracias a ti... Por lo que fue algo que me reservé... - dijo el caballero

- Ichigo... - dijo la menuda

Entonces sin avisar le robó un beso a ¡mi novia! Pero por el calor del momento, el alcohol, la mutua atracción, ¡o yo que sé! Estuvieron juntos, olvidandose de nosotros. El wendigo no me atacaba gracias al collar que aún colgaba de su cuello, sin embargo merodeaba a solo un par de metros, en círculos desesperados con sus grandes manos armadas con afiladas garras nos amenazaba.

- Tú tampoco te pareces a Hansel... Nunca te han gustado las cosas dulces... - dijo mi hermana

- No eres tan lista como Gretel... ¡Mira que correr en la oscuridad! ¡Vayan que es una tontería! - dije

- Lo lamento... pero realmente me dolió lo que dijiste... - comentó

- No será verdad... - dije molesto

- ¡No soy una ramera! - exclamó enojada

La bestia se abalanzo contra nosotros. Usando la piel me convertí en oso, con la pesada mano llena de garras pude golpear su quijada, haciendo que cayera unos metros más allá. Sin embargo, en ese movimiento perdí la cuchilla, por lo que volví a mi forma humana para buscarla.

- ¡Increíble! ¿Puedes convertirte en animales? - dijo mi hermana en mal momento

- Sí, hice un ritual para ser un nahual... ¡No es momento para dar explicaciones! Esa cosa va a matarnos o peor aún a maldecirnos sino encuentro esa daga de plata... - dije nervioso

- ¿Daga? - dijo ayudándome a ver en la oscuridad

- En la maleta hay una linterna... Usala mientras entretengo al wendigo... - dije cuando se puso de pie el monstruo

Tomé forma de zorro para poder escapar entre los matorrales, aunque era bastante ágil para tener esa horrible apariencia. Con sus garras trataba de atraparme, por lo que me escondí en un tronco hueco. Con su cornamenta me levantó con todo y la madera lanzandome contra los troncos, no pude levantarme de inmediato; al ser un animal perdió todo interés en mí y fue tras mi hermana que aún buscaba la cuchilla.

- ¡Corre Inoue! - dije pero no podía oirme

El wendigo fue tras ella.

- ¡Usa tu espíritu de la tierra...! - dije apenas poniéndome en mis 4 patas

El dragón si entendió mi petición, por lo que enredo al wendigo para evitar que alcanzará a Orihime. Cosa que solo hizo enfurecer al monstruo, aquellas lianas y ramas no durarían mucho. Por lo que con mi pequeña forma salte a la pierna, ante el dolor de mi mordida se pudo escuchar el estruendo de su berreo. Me dio una fuerte patada por lo que nuevamente salí volando, apenas pude caer en mis patas. Mi hermana tomó con todas sus fuerzas la pesada linterna y golpeó al wendigo, lo que dejó al espíritu bastante aturdido. Entonces finalmente el monstruo se libero de su ataduras brincando hacia mi hermana. Tomé mi figura humana tratando de alcanzar la mano de mi hermana.

- ¡Inoue...! - grité desesperado

Esa cosa iba a matar a mi hermana junto con su bebé. No iba a llegar a tiempo para salvarla, se me detuvo el corazón en ese momento.

--------------- Capítulo completo --------------