Todo Va A Estar Bien

Capitulo 9

- ¿Estás bien Enzo?, me asustaste- dijo el mayor que se acercaba a él para evitar que vuelva a levantarse, pero fue estúpido, el morocho se puso de pie y no dudó en abrazar a ese chico, seis meses después, seis meses de su última charla, seis meses de su último beso, seis meses de la última vez que se habían dicho que se amaban.

-Estás acá... estás acá! - decía Enzo entre jadeos debido al llanto. -Si Enzi, estoy acá, volví - dijo el mayor con lágrimas en su rostro, le rompía el alma ver a la persona que más amaba en el mundo de esa manera. Scaloni y el médico se miraron y los dejaron solos, para que tengan la privacidad que ellos necesitaban.

Enzo no soltaba al mayor, sentía que si lo soltaba lo iba a volver a perder nuevamente, -Enzo, enzo- dijo Julián para mirarlo, -Bola estoy acá, relájate un poco, vine para verte a vos, no quería aparecer en tu casa de una. - le dijo para dejar después un beso en la frente.

Julián rompió el abrazo y se levantó a buscar agua tomó dos botellas, cuando volteo, veía a Enzo pasando sus manos sobre sus ojos para tratar de secar las lágrimas. Le rompió el corazón verlo de esa manera y sabía bien el porqué estaba así, pero sabía bien que lo que hizo era lo que debía hacer, si de verdad quería estar bien, principalmente para él y para todos los demás.

El mayor se sentó al lado del morocho y le paso una de las botellas de agua, este solo pudo tomarla, sin mirar porque sus ojos estaban pegados en el otro, podía verlo con una sonrisa genuina, de aquellas que en su último tiempo no aparecía en su rostro.

- ¿Dónde estuviste? - le dijo Enzo cuando había tomado más de la mitad de la botella y se había podido calmar, Julián tomó la mano de quien fue su pareja. se aclaró la garganta.

-Esa noche, la última que estuvimos juntos, sabía que no podía seguir, a pesar que vos estabas al lado mío, mi cabeza trabajaba a mil por hora, no me sentía para nada útil, solo me sentía que estaba estorbando, no solo en tu vida, sino también la de todos los que me rodean-.

-Juli no sos un estorbo, en la vida de nadie- pudo decir Enzo para recibir un ligero apretón en su mano. -Eso lo se ahora que lo estoy trabajando, pero en ese momento era lo que me decía mi cabeza y para mí era cierto, te podía ver al lado mío, diciendo que me amabas, pero dentro mío mis pensamientos decían todo lo contrario y yo, simplemente creía en mis pensamientos-.

-Esa noche, me fui a la madrugada, sabía que no iba a poder aguantar mucho más con esto- Enzo lo interrumpió, -Pero porque no me lo dijiste, yo... yo te hubiera acompañado Juli, te hubiera entendido de primera- dijo el morocho acercándose aún más al mayor.

-No, podía arrastrarte a eso, Enzo, necesitaba hacer esto solo, porque sabía bien que iba a llegar el día en que iba a estarlo y no lo digo por nosotros, sino porque vos te ibas a volver a Inglaterra, los chicos tienen su vida y yo no podía atarlos a lo que mi cabeza haga, sé que me hubieras acompañado, se incluso tu idea de que me podía ir a Inglaterra para que vos y Valentina me ayuden, pero eso no podía pasar, no era justo para ninguno de los dos-.

-Como supiste de ese lugar? - Le dijo Enzo aferrándose a la mano de la persona que ama, -Esa noche llamé a mi psicóloga y le conté todo, me contó de ese sitio, pero que debía saber que era para internación, ellos me harían una revisión de urgencia y si cumplía con ciertos criterios iba a quedar internado y ahí por seis meses. Una parte de mi decía que era una locura, pero mi cabeza no daba más Enzo, me sentía roto, sentía que no iba para ningún lado y sabía bien que en cualquier momento iba a cortarme otra vez-.

Julián empezó a llorar, su voz apenas salía de su garganta, el morocho se abalanzó y lo abrazó, pasaba sus manos por el pelo del mayor, mientras dejaba besos en el cuello de la persona que amaba en su vida.