La voz de la profesora era estruendosa, demasiado subida de volúmen para una clase de preparatoria. No había risas, burlas ni nada de por medio, solo un silencio ensordecedor.
—La masturbación consiste en una estimulación sexual a los genitales…—La normalidad con la que habló lo asustó.
Sérgio tragó saliva, sintiendo de inmediato como se atoraba en medio de su garganta y pasaba con dificultad.
“Sexual” era una palabra que se acostumbró a escuchar durante toda su adolescencia y aún seguía dándole vergüenza. Siempre intentaba ser un poco reservado con eso y jamás se había atrevido a preguntar ni por equivocación.
Patricio, su hermano, se había empeñado en hablarle de métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual. Pero jamás le explicó nada que de verdad sintiera que sirviera.
Tal vez ese es el gran problema con las clases de educación sexual, te enseñaban lo que no debías hacer y a cuidarte, eso era bueno en cierta parte, pero jamás dirían cómo disfrutar hacer algo así, donde tocar o donde no. Quizá solo se trataba de experimentar y ya.
—¿Alguna vez lo has intentado?—soltó con timidez.
—¿Masturbarme?—el contrario asintió—Si, quería saber lo que se sentía—Stroll alzó los hombros, desinteresado ante el recuerdo.
Afortunadamente a Checo siempre le daba menos vergüenza hablar con Lance sobre ese tema. Era el más experimentado del grupo, no trataba el sexo como un tema tabú ni morboso y eso le daba confianza.
—¿Y cómo se siente?
—Bien—aseguró de inmediato—Pero las primeras veces es raro. Quiero decir, siempre tenemos esa idea de que si nos tocamos a nosotros mismos está mal y esa idea nos hace sentir extraños. Pero cuando logras ir más allá descubres que vale la pena.
Sergio lo miró por un momento antes de comenzar a reírse.
—Eres raro…
—Y tú eres un tonto.
Tener una habitación para ellos solos, un hogar repleto de silencio y privacidad se había convertido en un deseo anhelado desde que sus encuentros comenzaron. Al principio lo hacían en casa de Sergio, pero temían que su madre sospechara, así que de vez en cuando eran los salones abandonados.
Pero la casa de Max estaba prohibida para Sergio, porque su padre parecía odiarlo sin ningún motivo aparente.
Era una lástima que su tía se hubiera enfermado y sus padres tuvieran que ir a cuidarla, sin embargo, eso significaba una gran oportunidad para estar a solas con Checo.
Ambos estaban sentados delante al otro sobre las sábanas de la cama. Los besos suaves de hace media hora se convirtieron en un hambre voraz y es que, Maximilian estaba aburrido de solamente besarse a escondidas de los demás.
El rubio comenzó con caricias suaves sobre la cintura envuelta en ropa casi transparente y la curiosidad lo obligó a ir más allá, por debajo de la playera. Sergio se tensó cuándo los falanges tocaron la piel de su estómago.
Verstappen llevo sus manos hacia arriba, con parsimonia y suavidad, hasta llegar a su pecho. Max tocó todo lo que pudo, apretó con delicadeza, jugueteando los pezones del pecoso.
—Max…—Gimió para llamarlo—E-espera, eso se siente muy raro.
Checo tenía la mirada pérdida y la mente en blanco ante la nueva sensación. Jamás le había pasado por la cabeza que esa zona de su cuerpo se sintiera tan bien al tacto.
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𝐕𝐈𝐑𝐆𝐈𝐍 (chestappen)
FanfictionSergio tiene una madre católica que no puede hablar de sexo sin sentirse avergonzada. Y Max vive en un hogar homofóbico, donde tan siquiera con pensarlo es suficiente para una golpiza. A pesar de esto, ambos comienzan a experimentar juntos, aunque...