Sergio tiene una madre católica que no puede hablar de sexo sin sentirse avergonzada.
Y Max vive en un hogar homofóbico, donde tan siquiera con pensarlo es suficiente para una golpiza.
A pesar de esto, ambos comienzan a experimentar juntos, aunque...
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—¿Te dolió mucho?
— Un poco, pero valió la pena.
—¿La tenía grande?
—¡Daniel!—gritaron al unísono.
Era una plática confusa. Sérgio no entendía nada de lo que sus amigos estaban comentando sobré la primera vez de Charles.
¿Eso era bueno o malo?
Sérgio escuchaba recargado desde la ventana, está vez había preferido no intervenir en su gran charla. Max estaba con él, ambos estaban turnándose para jugar Mario Kart.
—Max—lo llamó—¿Crees que seamos vírgenes hasta los cuarenta?
Verstappen golpeó la madera al perder, se había enojado. Pero, la pregunta de Checo lo hizo carcajearse.
—Amigo, tienes dieciséis años, estás jugando Mario Kart, tienes dos horas libres de álgebra ¿Y te preocupa no tener sexo hasta los cuarenta?
Sergio se sonrojó hasta las orejas ante eso. ¿Cómo no iba a preocuparse? Parecía que todos estaban más preocupados por algo así que por aprobar química.
—Es solo que todos hablan de algo así como si no hubiera otra cosa más importante.
—Es cierto—contestó aturdido—Pero yo tampoco lo he hecho, así que deja de preocuparte por eso y empieza una nueva partida.
Max le extendió su teléfono y Sergio tuvo una idea, la más gloriosa que había tenido en toda su vida.
—Hay que hacerlo—dejó de lado el teléfono.—Ya sabes, tener nuestras primeras veces juntos.
—¿Qué?—estaba confundido—¿Hablas de besarnos y ese tipo de cosas?
—¿Por qué no?
—Van a matarme en casa. No, no, no y no.
Checo hizo ojos de perrito toda la tarde, cuando comieron en casa de Yuki y luego de irse.
Y cuando Max por fin aceptó, las cosas comenzaron a salirse de control solo un poco…
(🍊) N.A.
Estaba divagando en mi mente y solo empecé a escribir lo que salía de mi mente, espero les guste.
