Y después de tanto tiempo luchando por el amor de Danie hoy estábamos en aquel lugar, a punto de celebrar nuestra boda. Estaba ansioso de verla cruzar aquel vestíbulo lleno de flores blancas, y cuando la vi, mi corazón se acelero al cien, después de cuatro años de noviazgo al fin estaba sucediendo esto; casarme con la mujer que amo.
Sentía que el tiempo se detenía y que el momento seria uno de los más hermosos recuerdos que apreciaría hasta mi vejes.
-Te entregó a lo más preciado de mi vida. Se que cuidaras muy bien de ella.-dijo Gael besando la frente de Danie
-Te vez hermosa.-susurre mientras sujetaba su mano.
-Tu te vez muy guapo.
Sentí como mi pulso se aceleraba aun más esperando el momento donde Danie seria mi esposa hasta que esas palabras al fin fueron dichas por el sacerdote.
-Puede besar a la novia.
Atraje el cuerpo de mi amada, tome su rostro acercándola aun más a mi. Sentí como nuestras respiraciones se mezclaban presione suavemente sus labios con los mios formando un magnífico beso.