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學會愛你

El sol caía lentamente sobre Konoha, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y dorados. Naruto estaba sentado en el techo de su casa, mirando el horizonte y disfrutando de la calma. Después de la Cuarta Gran Guerra Ninja, la paz había llegado al mundo shinobi, pero en el fondo de su corazón, había algo que todavía no lograba entender.

Hinata se acercó en silencio, como siempre hacía, y se sentó a su lado. Naruto la miró y le dedicó una sonrisa.

-Hinata... -dijo, con el tono de alguien que quiere decir algo importante pero no sabe por dónde empezar-. Nunca te he preguntado, pero... ¿por qué siempre estuviste ahí?

Hinata se sonrojó, mirando sus manos entrelazadas sobre su regazo.

-Desde que éramos niños, Naruto... vi en ti algo especial. No importaba cuántas veces cayeras, siempre te levantabas con más fuerza. Eso... eso me daba valor -susurró.

Naruto quedó en silencio, recordando cada momento en el que Hinata lo había apoyado, desde sus días en la academia hasta aquella batalla contra Pain. Recordó su valentía, cómo se había puesto frente a él para protegerlo sin importarle las consecuencias.

-Nunca lo entendí del todo... -admitió él, con una mirada perdida-. Pero ahora... creo que comienzo a hacerlo.

Los ojos de Hinata se abrieron, sorprendida. Naruto continuó hablando, sus palabras saliendo como si hubiera esperado mucho tiempo para decirlas.

-Cada vez que estuve solo... cada vez que pensé que no había nadie que me entendiera... tú estabas ahí. Siempre has estado ahí. -Suspiró y la miró con una expresión suave, como si la estuviera viendo de verdad por primera vez-. Y ahora quiero aprender a estar yo ahí para ti... como tú lo estuviste para mí.

Hinata sintió cómo su corazón latía con fuerza. No era una declaración romántica en el sentido clásico, pero para ella significaba el mundo. Naruto no solo la estaba mirando, sino que estaba dispuesto a conocerla, a entender su amor incondicional y a corresponderlo.

Naruto tomó la mano de Hinata y la miró a los ojos con ternura.

-Hinata, quiero aprender a quererte como tú me has querido a mí. Apreciar cada momento contigo, cada parte de ti... -Sonrió de esa forma cálida que solo él sabía hacer-. Prometo que no importa cuánto tiempo me tome, lo haré.

Hinata apretó su mano, conteniendo las lágrimas de alegría que amenazaban con salir.

Y en ese momento, mientras el cielo se oscurecía y las estrellas comenzaban a brillar, Naruto entendió que el amor no se trataba solo de proteger, sino de estar dispuesto a aprender, a crecer junto a alguien. A aprender a querer, como Hinata lo había hecho con él.

-Juntos -murmuró Hinata.

Naruto asintió, sonriendo.

- Sí, juntos..