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Capítulo 37 : Sanar

Jimin sintió cómo unos brazos fuertes lo rodeaban desde la espalda, haciendo que diera un pequeño respingo por la sorpresa. Antes de que pudiera reaccionar, una risa profunda y familiar le rozó la oreja, y de inmediato supo quién era. Sonrió, aliviado y divertido, mientras Yoongi enterraba el rostro en la curva de su cuello, dejando besos suaves que hicieron que el omega se removiera inquieto.

—Yoongi… alguien podría vernos —susurró, girando el rostro para mirarlo con los ojos entrecerrados, como si intentara reprimir una sonrisa.

—No hay nadie —murmuró el alfa con voz ronca, sin detener sus caricias. Dejó un beso más largo sobre el hombro desnudo de Jimin antes de seguir hablando— Yena está en el jardín, Woonyoung en la universidad, y Jihoo duerme como un angelito. Tenemos al menos tres horas, antes de que la casa se llene de nuevo. 

Jimin echó un vistazo rápido a su alrededor, como si quisiera asegurarse de que realmente estaban solos. Cuando el silencio de la casa lo confirmó, giró en los brazos de Yoongi sin dudarlo. Plantó un beso directo en sus labios, sintiendo la calidez que tanto había anhelado en los últimos días. Era como si el simple contacto le devolviera un pedazo de algo perdido, como si su cuerpo lo hubiese estado esperando.

Yoongi le devolvió el beso con una sonrisa satisfecha, y su lobo rugió de felicidad en su interior. Había extrañado esta cercanía, esta conexión física y emocional. Sus manos encontraron la cintura de Jimin, aferrándose con suavidad, como si no quisiera que se escapara.

—¿Qué quieres hacer?—preguntó Jimin, con la voz aún un poco entrecortada, sus ojos brillando con una mezcla de picardía y ternura.

Yoongi levantó las cejas de forma insinuante, mostrando esa sonrisa traviesa que pocas veces dejaba ver.

—¿Comerte a besos es una opción?

Jimin rió divertido, dándole un golpe juguetón en el brazo. Pero antes de que pudiera apartarse, Yoongi lo levantó en un solo movimiento, tomándolo desprevenido. Jimin soltó un pequeño grito de sorpresa que se convirtió en una risa escandalosa mientras el alfa lo cargaba en sus brazos.

—¡Yoongi! Suéltame, ¿qué estás haciendo? 

—Shhh, no hagas tanto ruido. —Yoongi se rió bajo, disfrutando del momento mientras llevaba a Jimin hacia su habitación. Empujó la puerta con el pie y la cerró detrás de ellos, dejando que el mundo exterior quedara fuera por un rato. 

Una vez en la cama, Yoongi se dejó caer con Jimin encima, acomodándolo sobre su regazo. El cuerpo del omega encajaba perfectamente con el suyo, como si estuvieran hechos para ese tipo de momentos. Jimin se apoyó con las manos en el pecho de Yoongi, sintiendo el latido firme del alfa bajo sus palmas. El calor que ambos compartían era reconfortante, una sensación que ninguno de los dos había experimentado en mucho tiempo. 

Yoongi dejó un beso en la cabeza de Jimin, inhalando su aroma, que siempre lograba calmarlo. Era como un bálsamo para su mente inquieta.

—¿No tienes que trabajar? —murmuró Jimin, entrecerrando los ojos mientras apoyaba la mejilla en el pecho del alfa. 

—Soy el jefe ¿recuerdas? —respondió Yoongi con una sonrisa ladina—. Puedo tomarme un descanso si quiero.

Jimin rodó los ojos, aunque una sonrisa suave asomó en sus labios. 

—¿Cómo han sido estas semanas con Woonyoung?—preguntó Yoongi, acariciando con lentitud la espalda del omega. 

Jimin se quedó en silencio unos segundos, buscando las palabras correctas. No quería sonar demasiado crítico, pero tampoco quería mentir. Finalmente, suspiró. 

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora