escape perfecto.

8 2 0
                                    

Esta es la segunda parte del criminal más buscado de Bogotá.

El delincuente ha planeado su fuga meticulosamente. Ha estudiado la rutina de los guardias, ha hecho un mapa de la prisión y tiene aliados dentro.

Justo cuando cae la noche, él utiliza una serie de túneles secretos que ha excavado durante meses. Se enfrenta a varios obstáculos: cámaras de seguridad, guardias y trampas. Pero con astucia y valentía, logra sortear cada uno.

El delincuente, llamado "El Lobo", pasó años observando a los guardias y conociendo sus rutinas. Se hizo amigo de algunos de los prisioneros que trabajaban en el mantenimiento, quienes le ayudaron a conseguir herramientas y a crear un mapa detallado de los túneles subterráneos. Cada paso estaba calculado: sabía que había un cambio de turnos a las 2 a.m., lo que le daría una ventana perfecta para escapar.

La noche del escape, El Lobo se siente nervioso pero decidido. Se desliza por el túnel oscuro, el sonido de su respiración resonando en las paredes. Cuando llega al punto donde debe salir, escucha el ruido de los guardias. Se esconde detrás de unas cajas, su corazón late con fuerza. Cuando finalmente los guardias se alejan, siente una mezcla de adrenalina y miedo. Salta al exterior y se da cuenta de que ha logrado salir... pero ahora comienza la verdadera aventura.

Isaza, el jefe de seguridad de la prisión, es un hombre astuto y perspicaz. Desde que comenzó a trabajar allí, ha tenido un ojo especial para detectar comportamientos sospechosos. Cuando se da cuenta de que El Lobo ha desaparecido, una alarma se activa en su mente.

Isaza rápidamente reúne a su equipo y comienza a revisar las cámaras de seguridad. Aunque El Lobo logró evitar muchas de ellas, hay un par que captaron su sombra en el momento justo en que salía por el túnel. Isaza analiza las grabaciones y se da cuenta de que él no solo escapó, sino que ha dejado pistas sutiles sobre su paradero.

Consciente de la astucia de El Lobo, Isaza decide anticiparse a sus movimientos. En lugar de seguir un enfoque convencional, opta por crear un cerco estratégico en las áreas donde cree que El Lobo podría intentar ocultarse.

Mientras tanto, El Lobo, sintiéndose libre pero consciente del peligro inminente, debe usar toda su inteligencia para evadir a Isaza. Se encuentra en una ciudad desconocida y debe decidir si se esconde o si se enfrenta al desafío.

El Lobo sabe que necesita un refugio seguro y un plan astuto para burlar a Isaza.

Se adentra en un barrio antiguo, donde las calles son angostas y los edificios tienen múltiples pasajes. Encuentra un viejo almacén abandonado que parece perfecto para esconderse. Dentro, hay cajas y muebles cubiertos de polvo, lo que le brinda la oportunidad de camuflarse bien. Además, el lugar tiene una salida trasera que puede usar si las cosas se complican.

Mientras se oculta, El Lobo comienza a pensar en cómo hacer caer a Isaza. Recuerda que Isaza es meticuloso y siempre sigue las reglas. Decide crear una distracción: utiliza su ingenio para hacer que parezca que hay actividad en otro lugar de la ciudad, quizás una pelea o un robo simulado, usando algunos objetos que encuentra en el almacén.

Luego, El Lobo podría enviar un mensaje anónimo a la policía con información sobre el "incidente". Esto desviaría la atención de Isaza y le daría el tiempo necesario para moverse sin ser detectado.

Isaza, confiado en su capacidad para atrapar a El Lobo, cae directamente en la trampa. Cuando recibe el aviso sobre el supuesto incidente en la ciudad, no duda en movilizar a su equipo.

Mientras Isaza y varios guardias se dirigen rápidamente hacia la zona de la pelea simulada, El Lobo observa desde las sombras del almacén. Siente una mezcla de satisfacción y adrenalina al ver que su plan está funcionando. Sabe que tiene un tiempo limitado antes de que Isaza se dé cuenta de que ha sido engañado.

relatos del corazón (isamil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora