Finn y _____ crecieron como vecinos y rivales, alimentando un resentimiento nacido de un malentendido en la infancia. Sus vidas se llenaron de bromas pesadas y competencia constante, ambos siempre listos para el próximo golpe. Pero ahora, en plena a...
Era una chica segura. Todo en mi vida estaba perfectamente alineado: mis metas, mis amigos, mis logros. Sabía quién era y a dónde quería llegar, y siempre creí que nada ni nadie podría sacarme de mi rumbo. Hasta que él apareció.
Él vino como un desafío inesperado, con esa mirada intensa y esa sonrisa que, de algún modo, parecía conocer mis pensamientos antes de que yo misma los entendiera. Al principio, pensé que no pasaría de una molestia temporal, alguien más con quien competir y a quien, eventualmente, dejaría atrás. Pero él no desapareció. Y, cuanto más tiempo pasaba, más me daba cuenta de que todo en mi vida ya no era como antes.
Él no solo interrumpió mi tranquilidad, sino que empezó a derribar una a una las paredes que había construido a mi alrededor. Cada comentario suyo, cada competencia, y cada sonrisa burlona parecía retarme a ver algo en mí que no reconocía. La sensación de control se desvaneció, reemplazada por una mezcla de emociones que no supe cómo manejar. De alguna manera, sentí que ya no podía predecir lo que iba a suceder. En su presencia, algo dentro de mí cambió, y todo lo que pensaba que entendía sobre mí misma empezó a desmoronarse. Este es el comienzo de todo. La historia de cómo mi mundo dejó de ser tan simple, tan predecible. Y de cómo descubrí que, a veces, los cambios no vienen de afuera, sino de lo que ocurre cuando, por primera vez, te enfrentas a lo que realmente sientes.
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