Capítulo XV

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Me levante un rato antes de llegar a México.
A mi lado estaba el hombre que amo, mirando hacia la ventana con los auriculares en sus oidos.
Cuando se da cuenta de que lo observaba da la vuelta para mirarme y sonríe, esa sonrisa que me trae loca, pasa su brazo por mi hombro y me abraza.
A su lado me siento segura, amada, lo amo.
Le saque un auricular y el resto del viaje sólo escuchamos música sin decir nada.

Del lado derecho del avión a nuestra misma altura estaban Yanette y Juan, durmiendo abrazados. Cuanto tiempo lleva esta pareja?, creo que unos dos años y medio, no lo se.En fin, lo que lleva mi punto es que nunca tuvieron intenciones de romper, siempre, desde el principio de su relación tienen ese mismo fuego, la misma pasión y el mismo amor o tal vez cada día aumenta más y más. Al ver sus ojos cuando se miran se ve ese brillo especial. Son el uno para el otro.

Cuando llegamos a México buscamos un taxi y fuimos a un hotel cercano. Que linda ciudad el D.F llena de personas caminando por sus cendas, vendedores ambulantes, edificios enormes, siempre quise conocer México, quería probar unas enchiladas, tacos, tamales, la comida típica de aquí.

En el edificio que nos hospedaríamos esa noche era muy grande, y en la recepción nos atiende un señor de seguro unos 40 o 42 años, tenía un peinado gracioso, era muy amable. Pedimos dos habitaciones, y un bonotes nos subió las maletas.
Los cuatro nos dirijimos al elevador, me sentía cansada por el viaje, porque? No lo se, dormí casi todo el viaje hacia aquí y aún así tengo mucho sueño.

Llegamos a nuestra habitación con Ale, y la miramos asombrados, era enorme muy bonita, cama de agua y un gran ventanal que dejaba apreciar la y hermosa cuidad que siempre quise conocer, una gran cortina podía taparla para tener más privacidad. Es como una de esas habitaciones monohambiente, había una pared que dividía la habitación de la cosina, el baño tenía muchos espejos, una hermosa tina, en fin.

Nos recostamos, prendimos el Led tv y miramos "el canal de las estrellas" justo estaba pasando un capítulo de "Maria la del barrio" siempre me gusto esa novela.

Alejandro se puso romántico. Cerro las cortinas, nos dejó en un poco las de oscuridad, viene hacia mi un tanto sigiloso, me causaba gracia como trataba de seducirme aunque lo hizo.
Me saca los zapatos luego el jean y después mi remera y lentamente me acarica desde mis pies hasta mi cara, mientras me besa recorro con mi mano hasta su camisa y la voy desprendiendo de a poco hasta poder sacarla, meto mi mano en su jean y lo recuesto, desbrocho el cinto, y luego el jean y lentamente bajo su cierre, me ayuda a quitarse su jean y me agarra y estrecha contra su cuerpo, nuestros cuerpos tan cálidos rozandoce entre si, era la sensación más linda que me pudo haber pasado.
Me quita mi ropa interior, y comenzamos a hacerlo, practicamos un poco de kamasutra, y por último llegamos a nuestro orgasmo con la posición del misionero.

Acabamos agitados y rojos por el esfuerzo, me mira a los ojos y susurra.

-No te alejes nunca de mi lado.

-Prometo nunca hacerlo.-le digo posando mi mano en su cara.- Te amo.

-Te amo más Maipy.- me dice besándome en las frente.

Alejandro se duerme, y quedó pensando, de vez en cuando sonrio como boba, y derrepente se me pasa en la cabeza la idea de tener un bebé. Un lindo bebé que nos acompañe el resto de nuestras vidas. Pero no estaba segura de poder cuidarlo.

La historia de un gran amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora