Manuscrito de una impostora

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Hay cosas que se pueden elegir en el ciclo de energía, como la pinta, el dulce y el ala gemela. Pero hay otras que no, como el lugar dónde florecer. En mi caso, – espero me perdonen la escritura, pero aún me cuesta usar las formas humanas – yo no tengo opciones. No puedo elegir mi vestido, no conozco más sabores que el néctar, tampoco entiendo eso del 'calor humano', – esa enfermedad de acalorar a alguien hasta nublar la razón –; y mucho menos puedo elegir dónde florecer.

A diferencia de ustedes, no hablo el idioma etanol, mis formas se traducen en sonidos, colores, olores y formas. No tengo más voz que el aleteo de mis alas, un ruido imperceptible para el ser humano, y, aun así, que puede crear un caos al otro lado del mundo. También soy pequeña y frágil, aunque nunca se debe confundir la apariencia del cuerpo con la verdad que encierra el alma – o al menos eso aprendí después de conocer al señor pulgón –.

Era otoño, me gustaba visitar los campos dealgodoncillo con la esperanza deencontrar un ala gemela. De vez encuando me encontraba con diversos olores: a lavanda, caléndula y verbenas.Mientras me infiltraba entre los pétalos, encontré a una pulga. Entonces lasaludé: "Buenas tardes, señora pulga". Me sorprendió cuando de un soplo, tomóimpulso y me escupió una cosa pegajosa que parecía ser melada. Inhaló aire y medijo furioso que los pulgones no se debían confundir con las pulgas, de lamisma manera en que yo no era una monarca. No entendí su ofensa hasta el ciclo de sol en que emprendí mi vuelo.

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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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