The secrets behind the school [Hyunlix]

Cap 03

Luego de pensarlo un poco... El menor respondió.

— Si, lo estoy —

El mayor sonrió de lado y lo acerco peligrosamente a sus labios.

— Sabes exactamente a que me refiero, verdad, muñeco? —

Felix era astuto, obviamente lo sabía, pero quería escucharlo de los labios de su lindo profesor.

— No... —

Hyunjin soltó una pequeña risita arrogante entre dientes para después responder.

— Vas a complacerme, siempre que lo necesite y cuando quiera, no importa si no estamos en la escuela... A cambio, tus calificaciones serán perfectas. —

El Rubio se mordió el labio inferior, había bastantes años de diferencia, ¿pero eso que mierda importaba?

Además, su profesor era guapo... Si, jodidamente guapo y sexy. Inconscientemente empezó a verlo de arriba a Abajo, su rostro, si era perfecto tenía esa mirada penetrante que le ponía los pelos de punta, unos labios suaves y pomposos con un lindo tono rosado y un perfil casi perfecto.

Luego su mirada bajo a su cuello, igual de perfecto, sus hombros estaban perfectamente esculpidos y el resto de su cuerpo estaba tallado perfectamente.

— Te gusta lo que ves, muñeco? —

Dios, esa voz, esa puta voz ronca que lo hacía estremecer.

— S-si —

Contestó el menor.

— Te quiero ver hoy en la tarde en mi Oficina a las 4:00 ni un minuto más ni uno menos —

Felix se limitó a asentir con la cabeza y Hyunjin se fue hacia su oficina.

El resto del día fue normal, a excepción de que la curiosidad estaba matando a Felix por dentro, ¿Qué mierda iba a pasar ahí adentro? ¿Si quiera su madre se preocuparía si no llegaba a la hora acordada?

Lo aceptara o no, el Rubio queria ser tomado y follado por su profesor era como un "Premio o premio".
Para nadie era un secreto que varias alumnas se le habían insinuado a Hyunjin, ya fuera para que sus calificaciones subieran o simplemente porque les parecía guapo y creían que sería simple ir vestidas como putas y luego caer en su Oficina abriendo las piernas.

Obviamente ninguna de esas chicas tuvieron suerte con Hyunjin, en el caso más grave eran expulsadas y si tenían mucha suerte Hyunjin solo las insultaba.

Pero volviendo al tema de Felix, ya solo faltaban unos 8 minutos para ir a la Oficina de su director y que sucediera lo que tuviera que suceder...

Pasados los 8 minutos Felix ya estaba ahí en la Oficina sentado frente a Hyunjin.

El mayor estaba sentado en una silla su posición solo mostraba determinación y dominación, el Rubio solo se sentía mucho más pequeño al lado de Hyunjin.

El mayor se levantó de su asiento y cerró la puerta con seguro y bajo llave, estaba claro que pasaría algo más ahí.

Luego de eso el pelinegro volvió a su asiento y habló.

— Ven acá —

Felix se limitó a asentir y ponerse cerca de su profesor, y cuando estuvo suficientemente cerca Hyunjin lo jalo de la muñeca sin ser tan brusco pero lo suficiente como para poderlo sentar en su regazo a horcajadas y sujetar su cintura con fuerza, como si fuera su lenguaje corporal para decir: "No te vas a largar a ningún lado".

El Rubio se tensó bastante a decir verdad, estaba helado pero lo aceptara o no, le gustaba esa sensación mucho más de lo que pudiera demostrar.

— Relájate, muñeco —

Dijo Hyunjin mientras se acercaba al cuello del menor y una vez que se podía sentir su aliento caliente en su cuello, el pelinegro empezó a lamerlo, besarlo y Mordisquearlo, causando suspiros de placer en el menor.

¿Tendrá experiencia? Es jodidamente bueno... Pensó el menor.
No había mucho en que centrarse, solo en las buenas sensaciones que su profesor le estaba provocando.

El mayor acariciaba sus muslos y de un movimiento repentino lo tomó por la parte trasera de estos y lo cargo hacia el pequeño sofá que había en la Oficina.

Ya ahí lo recosto con delicadeza en el sofá y se puso encima de él manteniendo su peso en sus brazos para no aplastarlo.

Su boca bajo hasta la clavícula pronunciada de Felix, lamiendo dejando varios chupetones en esta, provocando suspiros de placer en el menor.

El pelinegro empezó a desabrochar la camisa del rubio mientras que el menor solo se limitaba a acariciar el cabello de su profesor.

En un cambio rápido de posiciones Felix quedo encima de su profesor, en su regazo a horcajadas sintiendo entre su culo la dura erección del mayor soltando un pequeño gemido y por instinto empezar a moverse sobre esta.

El mayor soltó un pequeño gemido de satisfacción y empezó desabrochar su propio pantalón quedando sólo con su boxer que luego fue despojado por el menor.

El Rubio se puso de rodillas frente a la enorme polla de su profesor y comenzó a hacerle una mamada, su boca inexperta solo hacia que la sensación fuera aún más placentera y provocara varios gemidos por parte del mayor.

Los sonidos eran jodidamente obscenos, no había como explicar el echo de que una simple mamada sonara tan obscena.

Luego de unos 10 minutos el menor la saco de su boca y se limpio esta con su antebrazo, el mayor lo tomó de la cintura  y lo volvió a subir a su regazo para después besar sus labios desesperada y muy bruscamente, dejándolo por completo sin aliento, obviamente luego de pocos minutos se separaron muy agitados por la intensidad del beso.

— M-metela~ —

Dijo entrecortadamente el menor a lo que el pelinegro sonrió de manera ladina.

— Como órdenes, muñeco —

Felix se puso boca abajo y el mayor negó con la cabeza mientras le daba una rica nalgada al menor provocando gemidos por la parte contraria.

— Ponte boca arriba, quiero verte mientras te la meto —

El menor soltó un pequeño gemido en respuesta y se volteo.

Mientras que el pelinegro sonreía ladinamente mientras lo veía, empezó a sacar los pantalones y bóxer del contrario, una vez echo esto empezó a abrir las piernas del menor y alinear su polla en la palpitante y húmeda entrada del contrario.

Sin previo aviso embastio sus 25 centímetros dentro del menor, soltando un escandaloso gemido por parte del menor.

Mierda, estaba jodidamente apretado, mojado y estrecho ahí dentro, pero sólo hacia que la sensación fuera aún mejor, se quedo Quieto para que pudiera acostumbrarse a su grande polla.

Y luego de varias embastidas jodidamente rápidas y duras, ambos terminaron corriendose.