CAPITULO 7 ✓✓

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—Volverás al agujero al que perteneces —dijo Negan, su tono frío y calculador.

Mire a Daryl con preocupación y lo abracé con fuerza, sin querer soltarlo. Cuando finalmente me separé, seguí sosteniéndole la mirada, buscando transmitirle una promesa silenciosa de que esto no era el final.

—Si le haces daño a mi hermana, Negan… —advirtió Daryl, con una dureza en la voz que no dejaba lugar a dudas sobre su determinación.

Negan le dedicó una de sus sonrisas despreocupadas, sus ojos chispeando con una burla desafiante.

—Oh, Daryl, puedo hacerle muchas cosas a tu hermana… pero dañarla, jamás —dijo Negan, con esa picardía característica brillando en su sonrisa.

La mandíbula de Daryl se tensó al máximo, y sus ojos se llenaron de una rabia contenida. Era como si cada músculo en su cuerpo estuviera listo para lanzarse sobre Negan, para acabar con él en ese mismo instante. Pero antes de que pudiera dar un paso, Dwight lo agarró por el brazo y comenzó a arrastrarlo fuera de la sala. Daryl me lanzó una última mirada antes de desaparecer.

Negan observó la escena con una sonrisa de satisfacción, y luego se volvió hacia mí.

—Tu hermano es tan cabezota como tú, siempre desperdiciando sus oportunidades —dijo Negan, con esa sonrisa que tanto odiaba.

Lo miré con desprecio.

—¿Oportunidad de qué, Negan? ¿De dejarse humillar, de obedecerte como un perro a cambio de un lugar cómodo en esta estúpida habitación? —repliqué, con el tono cargado de ira—. ¿Mientras tratas a mi hermano como basura? Eso no son oportunidades, Negan, eso es ser un canalla.

Negan soltó una risa suave y burlona.

—Ah, Jess... siempre tan intensa. Pero esa es una de las razones por las que estás aquí y no en una celda como él.

—¿Debería agradecértelo, Negan? —le espeté con sarcasmo, cruzándome de brazos y mirándolo con desprecio.

Negan levantó las cejas, divertido, mientras se inclinaba un poco hacia mí, esa sonrisa arrogante apenas dibujada en su rostro.

—Bueno, Jess, sería un buen comienzo. Aunque claro —susurró, acercándose aún más, su voz baja y provocadora—, algo me dice que el día que me des las gracias será porque realmente lo quieres, y no porque te lo pida.

Rodé los ojos, conteniendo el impulso de apartarlo de un empujón.

—Eso nunca va a pasar —respondí, cada palabra impregnada de veneno.

Negan soltó una carcajada y se enderezó, con esa chispa divertida en sus ojos

—¿Qué piensas hacer con mi hermano? —le pregunté, tratando de mantener la voz firme.

Negan sonrió, con ese brillo cruel en los ojos.

—Él ha rechazado su oportunidad, Jess. Así que, como dices… será un perro —contestó, alzando los hombros como si fuera la cosa más simple del mundo—. Uno que necesita aprender obediencia.

Sentí un nudo de rabia y angustia en el pecho, pero no iba a mostrarle ninguna debilidad. Lo miré con frialdad.

—Si crees que puedes doblegarlo—le respondí, cada palabra cargada de desafío.

Negan se rió suavemente, un sonido que me ponía los nervios de punta.

—Tienes razón, no puedo doblegarlo  pero … —hizo una pausa,—, con el tiempo, hasta el más fuerte aprende a arrodillarse.

¿O se te ha olvidado, Jess? —me soltó Negan, con una sonrisa burlona, cruzando los brazos mientras me miraba con ese aire de superioridad que tanto odiaba.

Entré el Caos y el Destino {Negan y Tú }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora