En un mundo donde la oscuridad y la justicia se entrelazan, surge una historia de amor prohibido y venganza.
Pero cuando la ley y la moralidad se interponen en su camino, Alice debe tomar una decisión difícil: entregar a Jeon o protegerlo. ¿Podrá su...
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Jungkook
La mañana siguiente. La luz del sol se filtra a través de las ventanas de la oficina, iluminando el espacio. Me siento detrás de mi escritorio, intentando parecer profesional y distante.
Alice entra en la oficina, con una taza de café en la mano y una mirada cansada. Me saluda con un gesto leve, sin decir una palabra.
Me levanto de mi asiento y me acerco a ella.
—Buenos días, Alice —digo, intentando sonar neutral.
—Aquí tienes los informes actualizados del caso —me responde sin mirarme a los ojos.
Me siento de nuevo en mi asiento y tomo los informes que me ha traído.
—Gracias —digo, revisando los documentos.
El silencio entre nosotros es incómodo. Sé que ambos estamos pensando en lo que pasó anoche, en la conexión que sentimos. Pero ninguno de los dos dice nada.
De repente, me mira a los ojos.
—Jefe, necesito hablar con usted sobre algo —dice con una voz baja y seria.
Me siento intrigado.
—¿De que se trata? —pregunto, intentando mantener la calma, me estaba cansando de este juego como si no hubiéramos tenido SEXO.
Estamos jugando a ser dos desconocidos "literalmente lo somos". Pero tuvimos algo por lo menos esa noche.
Alice se acerca un poco más, su voz es casi un susurro.
—Ayer tuve una sensación rara en mi casa, justo como si alguien me espiara, no queria comentarselo de echo lo estuve pensando toda la manña, sin embargo quiero que sepa que este caso en especial para mí es importante que se resuelva.
Mi corazón late más rápido. ¿Me vio? ¿Sintió esa misma conexión que yo?
—Quiero decir que creo haber visto a alguien fuera de mi casa.
Me pongo tenso, intentando mantener la calma.
—¿Qué quieres decir, Alice? —pregunto, intentando sonar preocupado pero no alarmado.
—Tengo la sensación de que alguien me está siguiendo. Vi una figura en la sombra, cerca de mi casa. No pude ver su rostro, pero...
Me siento incómodo, sabiendo que fuí yo quien la estuvo observando anoche.
—¿Crees que esté relacionado con el caso? —pregunto, intentando mantener la objetividad.
—No lo sé —responde, sacudiendo la cabeza—.Pero siento que estoy perdiendo la cabeza. Este caso es como si me estuviera consumiendo.
Me levanto de mi asiento y me acerco a ti.
—Alice, estás haciendo un excelente trabajo —digo, intentando tranquilizarla—.No te preocupes, te protegeré.
