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POV LING


Después de viajar durante un largo tiempo, por fin podemos ver nuestro Reino en la distancia.


"Hogar dulce hogar", dijo Natthanit sonriendo.


Detuvimos nuestros caballos y desde aquí pudimos ver el sol saliendo detrás de nuestro hogar, haciéndolo parecer tan celestial. Me hizo sentir tantas emociones, pero sobre todo mucha felicidad, sacándome una sonrisa duradera en la cara aunque no saber lo que nos esperaba dentro me hacía sentir a la vez emocionada y ansiosa.


"No puedo creer que estemos en casa", dijo Jak con los ojos llorosos mientras cruzábamos el puente que conducía a nuestro hogar.


Todos asentimos.


Pensábamos que nunca volveríamos a ver nuestro hogar. Habían muchas dudas sobre si saldríamos vivos, pero lo hicimos.


Finalmente llegamos a las enormes puertas y saltamos de nuestros caballos mientras Natt ayudaba a Jak a bajar de su caballo porque todavía estaba luchando con sus piernas por bajar.


Dos guardias caminaban hacia nosotros con cautela y sus armas apuntándonos. Mi padre caminó hacia delante donde estaban ellos con las manos en alto.


"Soy Marco Kwong también conocido como El Gran León Rojo. El comandante de este Reino. Hemos estado fuera por un tiempo pero finalmente estamos en casa" dijo.


Los guardias se acercaron para vernos a los cinco más claramente, sus ojos se abrieron de par en par al reconocernos, entonces el guardia gritó a otro que vigilaba en la parte superior de la puerta.


"¡Déjenlos entrar!".


Entonces vimos que la verja se levantaba lentamente y sonó una fuerte trompeta que anunciaba nuestro regreso.


Mi padre se acercó a nosotros.


"Hablaré con el rey y nos ocuparemos de los Park. No quiero que ninguno de ustedes actúe de forma sospechosa cuando se trate de ellos. Manejaremos esto discretamente. No queremos que nos ataquen cuando ni siquiera conocemos la situación con el Rey" Dijo seriamente.


Asentimos.


Esto iba a ser difícil. ¿Cómo podíamos actuar con normalidad cuando la familia que ha estado financiando a los salvajes que mataron a mucha de nuestra gente está de pie y relajándose en nuestro propio castillo?


Suspiré, pero mi padre tiene razón. No podemos manejar esto imprudentemente, tenemos que ser inteligentes.


"¿Y si accidentalmente golpeo al Príncipe en la cara. ¿Seguiría siendo sospechoso?" preguntó Seulgi con rostro serio.

ROYAL ROSE | LINGORMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora