¿Minho?

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La curiosidad del pequeño era insaciable. A pesar de las advertencias, se acercaba cada vez más a la entrada del laberinto, moviéndose con sigilo para no llamar la atención de los demás.

Cuando finalmente llegó frente a la entrada, un hombre que venia saliendo del laberinto y lo detuvo "Hey, ¿a dónde crees que vas? ¿Sabes lo peligroso que es el laberinto, cierto?"

El pequeño se sorprendió, el hombre le parecía familiar, pero no podía recordar dónde lo había visto antes.

"¿No hablas?" preguntó el hombre, curioso.

El pequeño asintió rápidamente, sin hablar. La seriedad del hombre lo intimidaba aunque más bien era su mirada, se sentía regañado con ella.

"Escucha, no sé qué te dijeron los demás, pero al laberinto solo ingresan los corredores, tú no eres uno de ellos" dijo el hombre como seriedad en su tono.

Las palabras del hombre lo desconcertaron ¿Debía ser un corredor para poder entrar?

Finalmente, el pequeño encontró la voz y fuerza que le faltaba para hablar "¿Tú eres un corredor?" preguntó con un murmullo.

"Soy Minho, y no soy cualquier corredor, el líder de los corredores", respondió el hombre, sin prestarle mucha atención.

Minho se dirigió hacia el grupo, cansado y hambriento, pero el pequeño lo siguió, bombardeándolo con preguntas no planeaba dejarlo descansar.

"¿Qué hay en el laberinto? ¿Puedes llevarme? ¿Tienes compañeros? ¿Qué es ser un corredor?"

Minho se detuvo, mirando al pequeño con una mezcla de curiosidad y exasperación.

"¿Qué te pasa? ¿Por qué tantas preguntas?" preguntó.

El pequeño se detuvo, sin saber qué responder, solo quería y buscaba entender.

"Escucha, niño " dijo Minho, "el laberinto es un lugar peligroso, no es para niños" realizo una pausa para buscar las palabras correctas "Los corredores somos los únicos que pueden entrar allí "

"¿Por qué?" preguntó de vuelta el pequeño.

"Porque hemos sido entrenados para sobrevivir en el laberinto" respondió Minho.

"¿Qué hay después de el laberinto?" insistió el pequeño, se veía desde lejos que no planeaba parar sus preguntas.

Minho suspiró "No lo sé y nadie lo sabe pero estamos tratando de descubrirlo"

El pequeño lo miró con determinación, no sabia que era el sitio pero queria respuesta "Quiero ayudar"

Minho lo miró, sorprendido. "¿Estás seguro?"

El pequeño asintió lentamente, estaba indeciso pero todo era mejor a quedarse quieto

Minho sonrió con burla "Bien, cuando tengas lo que se necesita te enseñaré a ser un corredor"

El pequeño asintió con algo de alegría, no sabia que era pero le parecía genial aquel chico llamado Minho, sin más volvió a acercarse a este a preguntar más cosas.

El pequeño asintió con algo de alegría, no sabia que era pero le parecía genial aquel chico llamado Minho, sin más volvió a acercarse a este a preguntar más cosas

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Maze Runner: correr y proteger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora