el reencuentro Mar y Rey

un gran amor

(A medida que el auto se aleja, las lágrimas comienzan a caer por las mejillas de Rey, sintiéndose impotente. A pesar de la angustia, se niega a rendirse.)

(Con un grito de frustración, Rey acelera lo más que puede, pero el auto se pierde en la distancia. La visión de Mar se desdibuja mientras ella llora desconsolada en el asiento trasero.)

Rey (entre lágrimas, pero con determinación): "No me rendiré. Te encontraré, Mar. Esto no ha terminado."

(El auto avanza a toda velocidad, y Delfina, satisfecha al ver que han perdido a Rey, dirige una mirada dura hacia Mar.)

Delfina (gritando con furia): "¡Te vas a morir vos y tu estúpido amiguito Pipe! ¡Todo esto es culpa tuya!"

(Mar, aterrorizada, siente que el mundo se desmorona a su alrededor. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras abraza sus piernas con todas sus fuerzas, intentando encontrar un poco de consuelo en medio de la desesperación.)

Mar (sollozando): "¿Qué le hiciste a Pipe? ¡Por favor, dímelo! ¡No puede pasarle nada!"

(Delfina, notando la angustia de Mar, suelta una risa fría, disfrutando del sufrimiento ajeno.)

Delfina (con una voz burlona): "Pipe es solo un chico, Mar. No tiene nada que ver con tu destino. Si hubieras sido más inteligente y no te hubieras interpuesto en mis planes, nada de esto habría pasado."

(Con cada palabra, Mar siente que el pánico la consume más. Mira por la ventana, tratando de encontrar a Rey, pero solo ve el paisaje pasar rápidamente.)

Mar (gritando, con lágrimas en los ojos): "¡Rey! ¡Ayúdame! ¡Por favor, no dejes que me lleve!"

(Delfina acelera aún más, disfrutando del desasosiego de Mar.)

Delfina (con desprecio): "Él no puede salvarte, Mar. Ya lo perdió todo. Si no te gusta, es tu problema."

(Mientras tanto, Rey sigue persiguiendo el auto, la frustración y la desesperación llenando su pecho. Sabe que no puede dejar que esto termine así.)

(Delfina, sintiendo que han perdido a Rey, reduce un poco la velocidad, pero su mirada permanece fría y calculadora.)

Mar (con voz temblorosa): "¡Dime qué le hiciste a Pipe! ¡No le hagas daño, por favor!"

(Delfina se ríe de nuevo, esta vez más burlonamente.)

Delfina: "No tienes que preocuparte por él, Mar. Pero si no dejas de llorar, podrías encontrarte con un destino mucho más triste que el de tu amigo."

(Mar, consumida por el miedo, abraza sus piernas con más fuerza, deseando que esto no sea real. Cada palabra de Delfina es un puñal en su corazón.)

Mar (entre sollozos): "¡No! ¡No, por favor! ¡Te lo suplico! ¡No le hagas nada!"

(Delfina mira hacia el frente, sintiendo que tiene la situación bajo control. Sin embargo, una sombra de duda cruza su mente, preguntándose si Rey podría hacer algo inesperado.)

Delfina (en un susurro, para sí misma): "Este juego apenas comienza..."

(Mientras Rey continúa su persecución, el miedo y la determinación se entrelazan en su pecho. Sabe que no se detendrá hasta encontrar a Mar, cueste lo que cueste.)

(En el auto, Mar sigue llorando, sintiendo que cada segundo cuenta, cada milla que la aleja de Rey es una eternidad.)

Mar (gritando, con voz quebrada): "¡Rey! ¡No te rindas! ¡Te necesito!"

Delfina (con sarcasmo): "Yuyito, escuchame bien. ¿No estabas con Merlin? ¿Qué pasó con él?"

(Mar, sintiendo que su corazón se hunde más, responde con tristeza.)

Mar: "Él se va a casar con Petra. Lo decidió y se fue... no hay nada que yo pueda hacer."

(Delfina sonríe con desdén, saboreando cada palabra.)

Delfina: "Ah, así que ahora tienes a Rey como premio consuelo. Igual que tu madre, sos una decepción."

(Las palabras de Delfina son como cuchillos, cada una cortando más profundo en la inseguridad de Mar. Ella siente el dolor de las comparaciones, de ser vista como un mero reflejo de lo que una vez fue su madre.)

Mar (con voz temblorosa, tratando de no dejarse llevar por la rabia): "No soy como ella. Yo solo quiero ser feliz."

(Delfina ríe con desdén, disfrutando de la angustia de Mar.)

Delfina: "La felicidad es para quienes saben lo que quieren. Y tú, querida, no sabes nada."

(Mar se siente cada vez más abrumada, pero su determinación empieza a encenderse en su interior. Con un suspiro profundo, trata de reponerse, recordando a Rey y su promesa de no rendirse.)

Mar (en voz baja, para sí misma): "No voy a dejar que esto me rompa. Rey vendrá por mí."

(Delfina, ignorando el intento de fortaleza de Mar, acelera nuevamente)
(Rey, oculto detrás de unos barriles en el muelle, observa cómo Delfina lleva a Mar hacia el barco. Su corazón late con fuerza al ver la angustia en el rostro de Mar, y no puede permitir que la alejen.)

(Mientras Rey se esconde, escucha las voces de Delfina y Severino acercándose.)

Delfina: "¡Apúrate, Severino! Esta chica se ha enterado de la verdad. Es la hija del Rey Máximo y de Florencia. ¡No puedo permitir que eso arruine nuestros planes!"

Severino: "Pero, Delfina, si Margarita es realmente la heredera, ¿qué haremos con Deisy? Esa estúpida no es más que una huérfana que rescataste para sacar provecho de la herencia."

(Rey, con el teléfono en mano, graba todo con una expresión de preocupación en su rostro. Cada palabra que escuchó lo llena de determinación.)

Rey (pensando): "¿Margarita es la verdadera heredera? No puedo dejar que Delfina la atrape. Tengo que actuar ahora."

(Delfina, al notar que Mar está luchando por liberarse, la empuja hacia el barco con más fuerza.)

Delfina: "Vamos, Yuyito. ¡No hagas esto más difícil!"

(Rey observa cómo Delfina y Severino se alejan. Espera un momento y, una vez que están fuera de vista, se lanza al agua y comienza a nadar hacia el barco.)

(Al llegar, se desliza silenciosamente a bordo, buscando a Mar. La ve en una esquina, asustada y mirando a su alrededor.)

Mar (llorando): "¡Rey! ¡¿Eres tú?!"

(Rey, con una mezcla de alivio y urgencia, corre hacia ella.)

Rey: "¡Mar, estoy aquí! No te preocupes, voy a sacarte de aquí."

(Mar, aliviada al verlo, corre hacia él y se abrazan con fuerza.)