00.4, happy birthday

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          SENTADA BAJO LA FRESCA SOMBRA DE UN ÁRBOL observaba los movimientos del campamento en silencio; veía cómo los mestizos se movían de un lado al otro en las diferentes actividades que les tocaba ese día, todos absortos en dar su mejor esfuerzo. Malia siempre aprovechaba sus descansos para contemplar y pensar, y ese día no iba a ser diferente. Había pasado por esos retos mucho antes que todos ellos, desde pequeña se enfocó en entrenar y aprender todo lo que podía, Julian la había ayudado demasiado, y ahora sólo tenía que esperar un par de horas más para dar su clase y organizar a los campistas de su cabaña.

      Abrazó sus piernas y disfrutó de la suave brisa que le acarició el rostro por unos segundos, ese verano en particular estaba siendo demasiado caluroso y no le molestaba aprovechar cada oportunidad que tenía para resguardarse del calor.

—Ha pasado tiempo, Malia —dijeron detrás de ella.

      Aquella voz.

      El cuerpo de Lia se tensó visiblemente pero no volteó a verlo, en realidad no quería hacerlo. Aunque tampoco sabía si debía. Lo escuchó tomar asiento junto a ella mientras sacaba algo de su bolsillo, una navaja, y con ella comenzaba a cortar una manzana con toda la tranquilidad posible, despreocupado.

—¿Quieres? —Le extendió un pequeño trozo de manzana perfectamente rebanado.

      Malia observó la fruta con desdén y regresó su atención al campamento, esperando que ningún campista apareciera de repente y los pescara hablando. Supuso que Hermes ya había premeditado aquello, porque se mostraba muy a gusto estando a la intemperie pese a que sus hijos se encontraban algo lejos de él, por lo que no debía molestarle que pudieran atraparlo en el campamento.

—¿Qué quieres ahora, Hermes? —cuestionó, su tono filoso sólo lo hizo sonreír.

—Esperaba poder conversar unos minutos contigo, tengo entendido que es tu cumpleaños número quince, ¿no es así?

—¿Qué te hizo pensar que a mí me gustaría hablar contigo? —Le dirigió una mirada furibunda, totalmente disgustada con él—. Y no necesito que me felicites por mi cumpleaños —aclaró.

      La última vez que había visto al dios de los viajes había sido para recibir la noticia del fallecimiento de Julian y los otros dos campistas que lo acompañaron, Ashton y Mary. Algo en el rostro de Hermes parecía querer repetir aquel día, tal vez era la forma cuidadosa en la que hablaba o porque no se molestaba por su insolencia como lo haría cualquier otro dios, que siempre se ofenden ante un pequeño insulto o gesto menospreciado, pues ellos eran más bien de los que adoran dar órdenes y castigar a cualquiera que se le diera la gana, esperando ser alabados a cambio. Malia supuso que, después de muchos años, aquel dios seguía siendo igual de imprevisible y atrevido, y tenía con qué. En esa oportunidad había elegido mostrarse como un adolescente de la edad de Malia, traía el cabello castaño claro con algunos mechones rubios que le caían por la frente, como un surfer recién salido de una revista o listo para descender a la playa, y su mirada... Malia se obligó a apartar la vista casi de inmediato como lo pensó.

      Sus ojos celestes eran similares a los de Luke, con ese brillo encantador que atrapaba cualquier mirada y te hacía soltar suspiros. Salvo que Malia adoraba ver al rubio, no a Hermes.

—Sé que crees que parezco ser portador de malas noticias, pero no lo soy. —Se atajó, captando lo que ocultaba la mirada de la castaña—. Aquella tarde quería asegurarme que fueras la primera en saberlo, Julian quería que lo supieras y quise cumplir su último deseo. —Malia contuvo las lágrimas, sólo recordaba las palabras de aquel dios intentando explicarle cómo había sido asesinado.

—¿Cómo? ¿No se supone que no tienes permitido hablar con tus hijos? —Hermes descendió la mirada al suelo, masticando el último pedazo de manzana que ella había declinado.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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LOVE and THUNDER ── luke castellan ⁵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora