Omnisciente
— ¿Quieres acompañarme a comer? — preguntó el príncipe Izuku a su amigo, Denki, con el cual hacía unos días que no tenía contacto alguno.
Cosa que era extraña, ellos dos pasaban cada día juntos anteriormente.
Sabía que algo había cambiado desde la llegada de Katsuki, y no era ninguna coincidencia que, justo tras el regreso de ese príncipe arrogante, Izuku parecía distante, como si le diera la espalda sin motivo alguno.
— Apenas comí — respondió seco sin quitar la mirada del libro sobre sus piernas.
Y si, estaba resentido.
— Pedí que hicieran el postre antes — intentó sonar alegre aún que notaba lo seco que su amigo le había respondido.
Hubo silencio por parte del rubio — Me gustaría que me acompañes... — dijo con vergüenza.
— Entonces lo haré, príncipe — Finalmente cerró el libro con un golpe seco y se levantó de mala gana, mirándolo directamente por primera vez en días.
Denki tenía una mirada indiferente, Izuku expresaba timidez.
— ¿E-estás molesto? — se atrevió a preguntar aunque fuese obvio.
Denki miró alrededor para asegurarse de estar en soledad junto a Izuku.
—Dímelo tú... —respondió, su voz baja pero cargada de reproche— De repente ya no me hablas, no me buscas. Ignoras lo que te digo como si mi compañía ya no significara nada para ti — Izuku tragó saliva escuchando con un nudo en la garganta — no sé qué habrá hecho Katsuki pero desde su llegada eres... diferente — lo miró de pies a cabeza — Así que tú dime, ¿Hay algún problema conmigo? — no le hablaba como si fuera su príncipe, le hablaba como su amigo.
Izuku sintió el impulso de decirle la verdad, de confesarle sus propios temores y la presión que sentía en cada decisión, pero algo lo detuvo. No sabía si era el miedo a ser juzgado o a ser más vulnerable de lo que ya se sentía.
O directamente el miedo a su hermano mayor y lo que pueda hacer.
Denki suspiró al ver su silencio. Dio un paso atrás, mirando hacia otro lado para ocultar la decepción en sus ojos.
—Sabes que puedes decirme lo que sea —murmuró con un suspiro— Pero si decides seguir en silencio... quizás yo también deba callar — terminó por ignorar la petición del menor y pasó por un lado de él dejándolo a solas.
Izuku quiso alcanzarlo, detenerlo, pero el vacío entre ambos parecía ahora un abismo.
Ahora los ojos del peliverde estaban inundados en lágrimas, el rechazo siempre le dolía de una forma que no podía explicar.
Como si apachurrasen su tierno y noble corazón.Luego de unos momentos de soledad y lágrimas, escuchó pasos detrás de él.
Limpió su rostro rápidamente sin darse la vuelta.
— Izuku... — escuchó la profunda voz de Shoto — ¿Estás bien? — tocó su hombro buscando reconfortarlo.
— S-si... — finalmente se dio la vuelta, ya no había lágrimas en sus mejillas pero sus ojos estaban rojos por haber llorado.
— Sé que tal vez no es el mejor momento y no debería preguntar esto, pero ambos sabemos el motivo de mi visita— Shoto se detuvo y miró a Izuku a los ojos — ¿De verdad deseas casarte? —
El omega guardó silencio unos segundos.
—S-sí... —respondió al fin, aunque su voz temblaba. Sabía que, si Katsuki lo escuchaba, estaría furioso. Sin embargo, debía seguir lo que su padre, el rey, le ordenaba— Usted es un gran príncipe... — Intentó sonreír pero no pudo; en sus ojos se leía una mezcla de temor y desesperación.
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Bloodline (BakuDeku)(Omegaverse)
FanfictionSu obsesión no conocía los límites. ADVERTENCIA: CONTENIDO INCESTUOSO Los personajes no me pertenecen (Creación de Kohei Horikoshi) pero la historia y su desarrollo son de mi autoría.