1.Crucero.

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Me crucé de brazos mirándole desafiante.

— Date la vuelta. —Le dije.

— ¿Perdón?

— Es para mirarte el ... —Me interrumpieron.

Rosalind me abrazó efusivamente. Había corrido hasta mí. La señora Smith no aparentaba lo que tenía, ni yo misma hubiera corrido tanto para abrazar a alguien.

«Es que tu no corres rápido» Me repetió mi subsconciente.

Realidad.

— ¿Que tal estás, pequeña? —Su cara ya mostraba algunos signos de edad, pero nada comparados con los de mi madre a pesar de que tenía tres años más.

— Genial — Respondí sinceramente.

George me saludó. El estaba menos entusiasmado, pero no paraba de saludar. Tenía cierto parecido a Douglas.

~×~

Cerré de un portazo mi taquilla.
Lunes a las 8 de la mañana, Zoe Willer no estaba de buen humor.
Ayer no pude dormir debido a los gritos efusivos que daba mi padre cada vez que el estúpido le metía un gol.

«Que original eres , le pusiste estúpido» Mi yo interno siempre me torturaba.

¿Lo adivinasteis? Sí, la familia se había quedado en casa, ya la idea de una casa grande no me agradaba para nada. Más teniendo en cuenta que había tres habitaciones de invitados. Cinco habitaciones para tres personas que vivíamos, supongo que mis padres tendrían esto planeado a principio de año al mudarnos, por mucha sorpresa que fuera. Habíamos pasado de estar en un piso en el centro a estar en una casa a las afueras de California. El fin de semana había pasado lentamente. Había estado estudiando todo el día para los exámenes finales.

¡Si!

¡Quedaba una semana para el final de las clases!

Sentí un toque es mi espalda. Charlie estaba sonriéndome de oreja a oreja.

— Tengo mucho que contarte —Le dije.

— Sí. —La rubia frente a mí me elevó las cejas en señal de aprobación.

Fuimos a clase de Química, acordando que a la noche le contaría todo por teléfono. Cuando entré pude divisar a Max. Junto a Charlotte eramos inseparables. Me senté junto a el, sonriéndole sin parar. Mi corazón latía demasiado rápido para poder describirlo. Hasta que entró Ashley. Puta rubia plástica de mierda de Ashley. Quería arrancarle cada pelo, uno a uno.

«Deja tus pensamientos asesinos para otro momento Zoe»

Me puse lo más recta que pude. El señor Hayes había llegado. Su calva brillaba más que nunca, y su camisa en cualquier momento explotaría debido a las toneladas de comida que escondería bajo esa barriga. Me estremecí.

— Profesor — Charlie levantó la mano con cara maliciosa — ¿Le dio usted cera a su bola de billar?

La gente comenzó a reir sin parar.

— Campbell, a la sala de castigo.

Mi amiga se levantó como si nada recibiendo cumplidos de algunos compañeros a los que ella movía el pelo.

~×~

Última clase. Tenía 3 exámenes hechos. Solo me quedaban dos, genial. Uno el miércoles y otro el jueves, los tenía estudiados así que el martes y el miercoles repasaría y estaría concluido el estudio. Me despedí de Max iendo para el aparcamiento. Caminé rápida,tenía ganas de llegar a casa y darme una buena ducha. Vi el Audi de mi padre con las ventanas subidas, eso era extraño. Cuando estuve más cerca la ventana del coche se abrió.

¡Entrometidos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora