02. ¿Pelea?

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Subí las escaleras evitando los constantes llamados de los chicos.

¡Eran unos entrometidos!

¡Nadie invadía mi casa!

¡Todo el mundo pagaría por esto!

Me miré en el espejo suspirando e intentando calmarme.

Mi madre era una irresponsable dejándome con 4 chicos.

En realidad, tenían merecidas las vacaciones,pero ahora se las iba a interrumpir.

Y más teniendo en cuenta que a mi padre le daría un ataque de celos y su mente de sobre protector superaría los límites.

Cogí mi móvil y marqué a mi madre.

Pero para mi mala suerte, nadie me atendió.

¡Llevaba 24 horas sin escuchar a su hija y ni había llamado!

«Estúpida» Me regañé a mi misma.

Me dispuse a bajar a ver la tele, ya que tenía que repasar más tarde para el estúpido exámen de Física.

Pero mi sorpresa fue encontrarme a cuatro chicos repartidos en mis dos queridísimos sofás.

¡Lo estaban ensuciando con su culo!

— ¿Cómo habéis entrado? — Pregunté.

— Tienes una puerta en el jardín que da a la cocina, y esta abierta, torpe. — Douglas carcajeó con todos los demás.

¡Me había vuelto a llamar torpe!

— Ken, corre si no quieres estar deformado.

— ¿Que harás, darme una bofetada?

— No soy de esas — Sonreí maliciosamente.

Cogí el mando de la televisión y de un momento a otro se lo estampé en la nariz.

— ¡Zoe! — Grito Dylan.

— ¡Se lo tiene merecido!

— Eres una bruta — Dijo Douglas mientras se frotaba la nariz, ahora roja.

— Y vosotros, panda buitres — Fulminé a los tres con la mirada — Hay tres reglas en esta casa —:
Una, nadie se mete con Zoe porque puede tener lesiones físicas — Mire a Douglas de reojo — Dos, aquí todo el mundo limpia, y tres — Me esmeré en decir la última — Tendréis que turnaros ya que cada uno, me llevará al instituto, solo quedan 3 días, así que perfecto.

— Niña — Refunfuño Zac.

— No soy una niña.

— ¿Y qué eres? ¿Un niño?

Puse toda mi atención en él.

— Zac— Susurró Logan —: ¡Corre!

Y de un momento a otro estaba persiguiéndolo.

— ¡Maldito!

Cuando llegamos a la cocina, cogí unas tijeras. El resbaló con un poco de agua que había en el suelo, y se estampó de boca.

Me tiré encima, y le cogí la cabeza.

Acerqué poco a poco las tijeras a su cara, mientras el solo tenía miedo y más miedo.

Pero desvié el instrumento a su pelo, y corté todo el flequillo, dejándolo sin apenas pelo.

Me levanté, me sacudí las manos y me fui de allí, con el pelo en las manos, que les solté a los chicos encima.

¡ Había ganado la batalla!

¡Zoe Willer manda!

~×~

¡Entrometidos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora