Uno.

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La primavera, Culiacán Sinaloa

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La primavera,
Culiacán Sinaloa. 🍅📍
11, de noviembre, 2024.
5:43 pm.
Valeria Beltrán: 🐆🌟

Me encontraba frente a mi tocador. Terminando de aplicar gel fijador en el cabello de mi hijo, mientras él veía youtube shorts en su iPad.
Hoy era día del niño, y pues, aunque por su edad, aún no tomara muy en cuenta estas fechas, claro que ni yo, ni su papá. Lo dejaríamos pasar desapercibido para el.

Tal vez su papá y yo no teníamos las mejor relación, menos desde que decidimos terminar nuestro matrimonio. Y no de la mejor manera, para ser exacta. Pero aún así, teníamos un vínculo que nos uniría hasta nuestro último día, un hijo. Y pues ambos nos esforzábamos por crearle una infancia sana, con recuerdos lindos, y sin ningún trauma, y si eso conllevaba convivir, o pasar tiempo juntos, estábamos dispuestos a hacerlo.

— Leito, mi amor. No te muevas tanto, ya falta poquito. - hablé, al notar la frustración en su carita. Pues él odiaba peinarse. -

— Mami, ya casi? Ya quiero que llegue mi papi, esto no me gusta. - hizo referencia al gel que había puesto segundos antes en su cabello. -

— Si, mi amor, ya casi llega, ve abajo a esperarlo, está bien? Yo en unos segundos te alcanzo.

Él hizo caso a mis indicaciones y bajo al primer piso. Yo me senté en la cama y me coloqué mis zapatos D&G, después rocié perfume por todo mi cuerpo y tomé la bolsa que estaba sobre la cama. Para después salir de mi habitación y bajar junto a mi pequeño.

— Mami, a qué hora va a llegar mi papi? Falta demasiado? - insistió mi pequeño, mientras mantenía su atención en la caricatura que se reproducía en la tele. -

— No, amor, de echo debería de estar por llegar... - el sonido de unos pasos acercándose llamó la atención de ambos. -

Leonardo se paró en el sillón, mientras volteaba a ver quién provocaba el sonido de aquellas pisadas. Y, de inmediato apareció la señora lucía, quien se encargaba del mantenimiento de la casa, con Iván a un lado de ella.

— Niña vale, llegó el señor. - habló doña lucí, mientras Iván sonreía al ver a Leonardo correr eufórico hacia el. -

Iván se agachó y extendió los brazos para recibir a su primogénito. Leo llegó a sus brazos, y de un salto enrolló sus piernas en la cadera de su padre, riendo, mientras Iván dejaba besitos en sus mejillas.

— Papi!! - hablo mi hijo, mientras saltaba con emoción en los brazos de su, "papi", como él lo llamaba. -

— Como estás, campeón? Ya te vez bien grande. - habló Iván, mientras examinaba a su hijo. -

𝒑𝒓𝒐𝒑𝒊𝒐𝒔 - Iván Archivaldo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora