6 de febrero del 2028

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Acabaron de darme una paliza y ahora quieren que escriba. La nueva tradición empleada está trayendo más dificultades de las que se esperaba, esconder los diarios se vuelve una tarea más compleja, cada día toca esconderlos en un nuevo sitió, pero prefiero eso a que me andén insistiendo que es por Nashira, como si me importara.

Hoy tuve mi entrenamiento personal con la mano derecha del jefe de la organización, Henry, cada mes tenemos una sesión privada con él para analizar nuestro progreso y que cuerpo sería el más indicado para soportar el próximo experimento. Como todas las veces acabé derrotada, casi no siento el dolor de las heridas, pero mi cuerpo no reacciona. Henry me miró con el desprecio de siempre, me reprendió porque nunca sonreía como Shino y las demás; nuestro grupo se caracteriza por sus sonrisas y elegancia, el objetivo de los experimentos es poder hacer armas humanas, que sonrían todo el tiempo ocultando sus pensamientos y que acaben con su enemigo de la forma más elegante y digna de un integrante de la organización.

Como siempre respondí que no pienso hacerlo ya que estaría mintiendo ¿Soy fiel a mi pensamiento por moral? No, no quiero ocultar mis emociones de una forma tan patética, tarde o temprano una sonrisa se destruye, lo positivo se vuelve negativo y viceversa, en cambio lo neutral prevalece, la balanza siempre debe estar equilibrada, un principio lógico, pero no tan lógico para los idiotas que nos vigilan. Henry tomó mi tono frío como un insulto, agarró el palo de la escoba que estaba en la esquina para que después de la sesión limpiarán todo, y con su terrible temperamento golpeó mi cabeza hasta que esta empezó a sangre, golpe tras golpe, admito que empezó a doler mi cabeza, peor no me importaba, era ya parte de la rutina, me quedé mirando un punto fijo como siempre mientras la sangre escurría como fuente.Después se calmó y arrojó mi máscara al suelo la cual quedó frente mío.

Otra característica que me distingue entre las demás es mi máscara, nadie a excepción de Henry y el jefe ha visto mi rostro, mi máscara era como la de teatro, blanca como porcelana y pintada en ella una gran sonrisa negra cual carbón, cuando era niña no tenía a nadie a mi alrededor, las criadas me cuidaban sin decirme ni una sola palabra, siempre me exigían llevar la máscara puesta y cada vez que desobedecía me pegaban con un látigo y me encerraban en un cuarto oscuro sin comer hasta el día siguiente, con el tiempo me acostumbré y la máscara se volvió parte de mí.

Regresé a la recámara donde estaban las chicas cojeando, todas me miraron, pero ninguna se acercó, Nashira era la que siempre se acercaba corriendo para atender mis heridas, eso no volvería a pasar o eso creí en ese momento, Shino se acercó con unas vendas y una botella de licor que usábamos para desinfectar las heridas, insistió en curarme, asentí de inmediato, era tan persistente que por un momento sentí que me explotaría la cabeza. Me desagrada la idea de deberle algo a alguien, por eso es molesto que me ayuden sin que nadie se los haya pedido, pero era conveniente, mis brazos no tenían la fuerza suficiente para curarme, que débil soy.

Después de curarme Shino me empezó a hablar y hablar, la ignoré, pero parecía que no le afectaba, estaba muy cansada como para callarla, así me quedé en silencio pensando en mis deberes de esta semana , los problemas de cálculo 3 que nos pondrían mañana y cómo mejorar en mi entrenamiento, hasta que dejara de hablar. Cuando por fin terminó de contarme hasta que animal es su favorito una de las chicas se me acercó, Yumi quien era tres años mayor que yo, me reclamó por no escribir nada en tres días después de la muerte de Nashira, me dió mi pluma, saco mi diario de su escondite semanal y me ordenó escribir.

Esto es una pérdida de tiempo, a quién le va a importar lo que una chica de 13 años haya vivido en una organización que se dedicaba al tráfico de personas y a la distribución de drogas, y es aún más tonto contar lo que pasa día a día, como si un montón de niños ignorantes leyeran esto en unos 50 años si es que estos diarios llegan a sobrevivir y llegar al público.

Ahora mismo intento sanar mis heridas con discreción, aparte de Shino y Nashira por cierto evento desafortunante, nadie más sabe que tengo una mutación genética debido a los experimentos, todas las que estuvieron en esos tiempos ya murieron, prefiero que se mantenga en secreto, ya que los investigadores podrían seguir investigando. Los de la organización están al tanto de que sobreviví al experimento, más no que fue un éxito. Pero mi mutación es muy debil y no logro curarme.

Ya es hora de almuerzo, Shino se acerca con dos bandejas en la mano, tengo la terrible impresión de que será el nuevo remplazo de Nashira para fastidiarme.

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