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Cuando encendí el teléfono, tenía tres llamadas perdidas y varios mensajes de Edward. Lo llamé inmediatamente. 

-Hola Ed, hay algo que debes saber - dije apresurado
-Anderson - interrumpió - Te llamé porque hace un rato hablé con mi hermana y cuando estaba hablando con ella me envió una fotografía donde se ve un tipo conduciendo el cuál reconocí inmediatamente - dijo 
-¿que hizo qué? - exclamé cabreado 
-Explícame que hacía mi hermana en el asiento trasero de tu auto - dijo curioso
-Explícame por qué tu hermana me tomó una fotografía sin que me diera cuenta - contesté molesto y ansioso.
-Me envió esa fotografía y escribió que había encontrado al amor de su vida - dijo riendo
No pude evitar reírme en medio del inquietante asunto.
-No puede ser - dije aún entre risas
-¿Te parece muy gracioso? - contestó haciéndose el molesto.
-Edward, si esta mañana tú y yo teníamos cosas que hablar, ahora tenemos cien más - respondí viendo mi reloj de pulsera.
-Ok, pero, ¿por qué mi hermana estaba contigo?, no me digas que... - guardó silencio
-Así es, tu hermana y mi hermana son mejores amigas y, estaban juntas en ese viaje - contesté haciendo movimientos con las manos. 
-¿Hablas en serio? - exclamó incrédulo 
-¿Te parece que no? - respondí 
-Rayos... qué pequeño es el mundo - dijo guardando un breve silencio. Parecía que la noticia le había dejado sorprendido al igual que a mí. 
-Así como lo escuchas - le afirmé
-¿Y ahora qué haremos? - preguntó con preocupación 
-Eso mismo he venido pensando en todo el trayecto desde que la escuché decir su nombre - respondí
-Dios... - exclamó Ed - ¿y ahora donde estás? - preguntó
-Voy a la compañía - dije - mi padre quiere que nos reunamos con algunas personas, algo así.
-De acuerdo, entonces en la noche hablaremos de todo y mañana nos vemos en tu apartamento - expresó Ed
-Ya ansío que sea mañana - confesé
-También yo - me respondió con un suspiro
-¿Entonces ya sabes a qué hora tomarás el vuelo? - pregunté 
-No con certeza, pero puedo asegurar que será el de las siete de la mañana de aquí - informó 
-Espero que si, apenas y tengas certeza de la hora avísame para no agendar nada con mi padre e ir por ti al aeropuerto - indiqué
-Claro que si, mi amor - respondió con su dulce y cautelosa voz que me tranquilizaba siempre. 
Mi rostro desprendió una sonrisa cuando le escuché llamarme "mi amor".
-Te amo - dije entre suspiros.
-Te amo mi grandulón  - contestó.
-Bueno, debo cortar porque estoy por llegar a la compañía - dije
-Ok mi amor, llámame cuando salgas de ahí - exclamó
-Lo haré. Oye, ¿comiste tu pizza? - cuestioné
-Si, y ahora me estoy haciendo un batido de frutos rojos - reveló
Me eché a reír.
-Y el comelón soy yo, ¿he? - expuse
Entre risas nos despedimos y cortamos la llamada. Estaba llegando a la compañía con un retraso de treinta y dos minutos, solo esperaba que mi padre siguiera de buen humor. 

-Buen día, Señor Norton - saludaron los vigilantes en la entrada del corporativo.
-Buenos días - respondí el saludo 
-Buenos días Joven Anderson - saludaron las dos recepcionistas.
-Buen día - respondí con una sonrisa.
Tomé el ascensor con dirección a la oficina de mi padre.
-Seguro sigue de buen humor porque no tuve ninguna llamada de el en todo el trayecto - pensé.
Cuando salí del elevador me encontré con unos de mis primos en la recepción de la asistente de papá. 
De inmediato se me vino a la mente que pudiera ser el la persona que mi padre quería presentarme, pero, no tiene sentido. 
-Hola Deniss- saludé a la asistente.
-Buen día joven - respondió amablemente el saludo.
-¿Qué tal primo?, hace tanto sin vernos - dije dando un abrazo y palmada en su espalda.
-Si, ya varios lustros - respondió riendo
-¿Y a que se debe tu visita? - pregunté 
-Vine a solicitar empleo en la compañía - respondió con tono seco y prepotente. Como si fuese el el dueño de la empresa y yo el empleado.
-Ah, vaya - expresé sin más. No quise darle importancia a su arrogancia.

Voy a ser sincero, en realidad mis primos y yo (en especial el que se encontraba parado justo frente a mi) nunca nos hemos llevado bien. Todo el tiempo han sido soberbios y engreídos. En fin.
Me dirigí a la secretaria de mi papá.
-Deniss, ¿sabes si mi padre está en su oficina? - pregunté dándole la espalda a mi primo. 
-Si, de hecho lo está esperando, joven - respondió la chica con una sonrisa.
-Muchas gracias - expresé dirigiéndome a la oficina sin despedirme de mi primo. 
-Dijiste que no se encontraba mi tío - escuché rezongar a Ronaldo. Si, así se llama mi primo. 
-Le dije que estaba en una reunión importante, joven - contestó Deniss con su educado tono de voz.
Me voltee antes de entrar a la oficina y dije; 
-Deniss, si necesitas llamar a seguridad en cualquier momento por cualquier circunstancia, hazlo - indiqué dirigiéndole una sonrisa.
La cara de Ronaldo había sido todo un poema.
-Si señor, gracias - respondió.
Entré a la oficina y me encontré a mi padre bebiendo un Whisky. De pie y mirando por la enorme ventana.
-¿Tan temprano bebiendo? - comenté
-No es temprano - dijo volteándose hacía mi. - Toma asiento - indicó 
-¿Hay malas noticias? - pregunté 
-Todo lo contrario - contestó 
-Bien y, ¿de qué se trata? - pregunté indagando
-Primero decirte que la reunión que teníamos próxima con el empresario de Londres se adelantó y, él vendrá aquí a conocer el corporativo - exclamó orgulloso mi padre.
-Me alegro mucho, sobre todo porque no vamos a tener que viajar - respondí 
-La otra noticia, es que un viejo amigo y colega de años y negocios ha llegado a la Ciudad hoy y va a ofrecer una fiesta este fin de semana - informó emocionado.
-Vaya, que bien, me alegro por ellos - dije con cierto desinterés.
-Quiero que conozcas a su hija - contestó - Es soltera, inteligente, muy hermosa, adinerada por supuesto y está buscando un esposo digno de ella y de su fortuna - añadió riendo.
-Bueno, pues llegó a la ciudad indicada porque aquí abundan los cazafortunas - respondí con burla.
-Anderson, creo que es momento de madurar y formar una familia, un hombre de negocios siempre va a necesitar una mujer hermosa y perspicaz a su lado - indicó.
Me levanté de la silla de un solo movimiento apoyando mis puños en el escritorio. 
-Sé honesto, ¿a dónde quieres llegar con todo esto? - cuestioné un tanto molesto.
-Negocios, la chica es la heredera universal de la fortuna Lehmann, ¿te imaginas si mi único hijo varón se casa con la única hija de Louis Lehmann dueño y fundador de la compañía telefónica más grande en el mundo y plataformas digitales?, no solo en Estados Unidos, Anderson, ¡todo el mundo! - dijo casi gritando y agitando sus manos.
-Te haz vuelto totalmente loco - respondí 
Mi padre dio un último trago a su whisky y me observó. 
-Vamos, aún no la conoces, quizá se agraden cuando se conozcan en la fiesta - reveló 
-No iré a esa fiesta, tengo cosas que hacer - respondí dándome vuelta en dirección a la puerta. 
-Detente - indicó mi padre con su voz autoritaria -Louis estará aquí en cualquier momento para invitarnos personalmente a su fiesta, no vas a hacer un desaire. Esta es una excelente oportunidad de negocio para la familia, no te estoy suplicando ir a esa fiesta, es una orden - indicó con un tono de voz elevado.
Le sostuve la mirada por segundos.
-¿Era todo lo que querías decirme? - pregunté con seriedad y evidente molestia. 
-No, esta tarde tenemos una reunión con todos los directivos de la compañía para revisar los detalles de mañana sobre el nombramiento de tu cargo como director general de la empresa. - anunció
 Mierda, me había olvidado por completo de que mañana asumo el puesto Directivo de la compañía - pensé.
Solté el aire.
-¿A qué hora nos reuniremos? - pregunté
-05:00 en punto - comunicó
Asentí con la cabeza y salí de la oficina rabiando.
Tenía mucho miedo de que a mi padre se le haya metido en la cabeza la idea de casarme con esa chica solo para consolidar un negocio, pero debía tranquilizarme, nadie ha dicho que yo vaya a agradarle a esa chica, así que traté de relajarme un poco. 

-Señor Anderson - interrumpió una conocida voz.
-Dime, Deniss - respondí 
-Lo está esperando en su oficina el joven que se encontraba aquí hace unos momentos - informó
Fruncí el ceño mirando a la asistente de mi padre. ¿Por qué Ronaldo ahora estaba en mi oficina esperándome?
-Gracias, Deniss - respondí.
Cuando abrí la puerta, ahí se encontraba sentado, con su móvil en la mano, al parecer texteando. 
Aclaré la voz.
-Me dijeron que estabas esperándome - dije sentándome en la silla tras mi escritorio.
-Es así, quería hablar contigo sobre ...
-Tu solicitud de empleo a la compañía - interrumpí 
Se reincorporó en su asiento y aclaró la garganta.
-Si, sobre eso y sobre la relación que por años hemos llevado - respondió
-¿Por qué no mejor me dices la verdadera razón por la que estás aquí? - señalé 
Soltó el aire, pareciera como si lo había estado reteniendo desde que llegó a la ciudad. 
-Mi familia está en la quiebra, necesito un préstamo para re abrir mis dos restaurantes.
Nos quedamos en silencio por varios segundos. Honestamente me había impresionado la confesión de mi primo, pues no es del tipo de persona que pide ayuda, su orgullo jamás lo permitiría. 
-Ronaldo - continué - creo que no soy la persona adecuada para ayudarte con este problema, pues como sabrás, mi padre es el dueño y presidente de la compañía, yo solo soy un empleado más - contesté
-Entiendo, pero esperaba hablar contigo primero para saber si podrías ayudarme con esto, desde luego les pagaré con trabajo y apenas y mis negocios vuelvan a funcionar voy a liquidar mi préstamo - añadió.

Esto parecía muy extraño, Ronaldo suplicando un préstamo de dinero y declarándose en quiebra... Vaya, no se que se trae entre manos pero, a decir verdad no confiaba nada en él. Pues no nos habíamos visto en años y además, nuestras familias nunca quedaron en armonía desde que murió mi abuelo porque este heredó la mayor parte a mi padre y, al padre de Ronaldo solo le dejó una parte de bienes, misma que no dudaron en despilfarrar en menos de 5 años. 

-Solo por curiosidad... ¿Cuánto es lo que necesitas? - pregunté
-2 millones de dólares - contestó
-Vaya...-respondí con sorpresa - Te aconsejo que hables con mi padre, sinceramente no puedo tener ningún tipo de injerencia en esto que me pides - finalicé
-Entiendo, supongo que tampoco quisieras que trabaje aquí - comentó
-Ronaldo, ¿entiendes que nosotros somos familia porque la misma sangre corre por nuestras venas y no porque de verdad queramos serlo? - cuestioné
El permaneció en silencio.
-Lo que me estás pidiendo no tiene sentido, nuestras familias se han odiado por años y, vienes ahora a pedir una oportunidad de trabajo y, una cantidad considerable de dinero, de verdad que no comprendo cuál es tu plan - repliqué 
-No tengo ningún plan, solo que eres la única familia a la que puedo acudir ahora - contestó con retracción 
Negué con la cabeza soltando un gesto de risa.
-Solo escúchate, tu no vienes a pedir empleo, quieres dinero, es todo - expuse moviéndome en mi silla y dejándome caer en el respaldo.
De pronto, alguien tocó la puerta.
*toc toc toc*

-Adelante - respondí 
-Señor Anderson, ¿el cambio de su oficina será hoy o mañana después de la reunión Directiva? - preguntó la secretaria de mi padre
-Ehh, no tengo idea ahora Deniss, te informo mañana, ¿si? - contesté dudoso
-Por supuesto, joven, con permiso - respondió saliendo de la oficina.
Me voltee de nuevo hacía mi primo que parecía muy atento a la secretaria.
-Bueno, será mejor que solucionemos esto de una vez - dije levantándome de la silla.
-Vamos - indiqué a mi primo con una seña hacia la puerta.
Se levantó haciendo también un gesto de enfado. Salimos con dirección a la oficina de mi padre en silencio los dos. 
-No quisiera interrumpir, mi tío es una persona muy ocupada - dijo entre tartamudeo.
Permanecí en silencio hasta llegar a la oficina de papá, realmente ya no quería lidiar con Ronaldo, así que dejaría el asunto en manos de mi progenitor. 

-Papá, alguien quiere verte - expuse
-¿Qué, ahora eres mi secretaria? - respondió sin apartar la vista de su computadora.
Qué gracioso, pensé. 
-Se trata de Ronaldo, Ronaldo Anderson - revelé abriendo paso para que entrara el susodicho.
Mi padre apartó la vista de inmediato, como si de un fantasma se tratase. Dejé a mi primo para que expusiera sus penas y me retiré cerrando la puerta.
Sentí un extraño alivio porque ese ya no iba a ser mi problema.

Regresé a mi oficina para seguir trabajando en asuntos que tenía pendientes, le pedí a Deniss un café y encendí mi computadora. Comencé a revisar mis e-mails de la empresa y notas pendientes. 

Mi teléfono comenzó a sonar, era mi madre.
-Hola mamá - respondí intentando no sonar estresado
-Hijo, ¿vendrás a comer? - preguntó 
-No lo creo, mamá, tengo una reunión en unas horas y debo terminar unos asuntos aquí en la compañía - contesté 
-Bueno, ¿te veré para la cena? - cuestionó
-Lo más seguro es que si, mamá - respondí con una sonrisa. Amaba la comida de mi madre y, pasar tiempo con ella era ameno.
-Gracias mi amor, hasta la cena - respondió despidiéndose.
Me despedí y corté la llamada. Solté un bostezo que me había hecho recordar que solo dormí 4 horas.

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