Prejuicios [Sunsun]

[04]

Sunoo observa con desinterés a la profesora Seo, pues estaba explicando algo sobre lo sucedido el 19 de Abril de 1960 en Corea. En otro momento él estaría escuchando atentamente, incluso participaría activamente ante la clase porque es algo que le gusta. Aprender sobre su país, la historia del mundo y en como debería enseñarla a futuros alumnos es lo que más le llama la atención. Sin embargo, ahí estaba él...

Totalmente ido, con sus pensamientos en otro lado, sintiéndose pésimo por cómo se jodía a si mismo.

Su mente no dejaba de reproducir el beso de Sunghoon, en la forma que lo tomó, en su posesividad, como si buscara saciar una sed que solo él podía acabar. Aún jura sentir sus caricias pegadas a su cintura.

Por unos momentos estuvo en el cielo, claro. Jamás negaría que uno de sus más grandes deseos era y es sentir los labios de Sunghoon sobre los suyos. Sin embargo, esa bonita sensación se esfumó cuando lo vio correr al lavabo para enjuagarse.

¿Acaso fue tan asqueroso y no tan bonito como él lo pensó?

—Sunoo...

Alguien susurra a su lado y lo toca levemente, se mueve apenas pero es lo suficiente como para volver al ahora. Levantando su mirada se encuentra como Riki y Jay están parados a su lado con sus cosas. Y eso significaba que la clase había terminado y él no lo supo.

—¿Ya?

—Sí, vamos.

Haciéndole caso a Riki, se levanta de su lugar mientras guarda sus cosas. Realmente se encontraba tan distraído que eso logra molestarlo un poco.

«Jodido seas, Kim Sunoo»

—Salgamos de aquí, necesito ingerir algo antes de entrar a la siguiente clase—murmura comenzando a caminar. 

Sus dos amigos lo siguen sin decir nada, parecían adivinar su situación y simplemente aceptaban el silencio que lo abordaba.

—He tomado apuntes sobre lo dicho en la clase, si deseas te los daré—Jay comenta al aire una vez que están a las afueras del salón.

—Sería de gran ayuda, gracias Jay—responde con apenas una sonrisa.

Riki y Jay se miran mutuamente, efectivamente había algo que estaba jodiendo a Sunoo y ellos no podían evitar sentirse preocupados.

—Basta—Riki suelta con cierta brusquedad y repentinamente sostiene a Sunoo de su brazo obligándolo a frenar—. No sé qué está pasándote, pero hace dos días que estás así y no puedo evitar preocuparme.

—Estoy un poco cansado, Riki—Sunoo intenta sonreír—, trabajar y estudiar es agotador.

—Lo sabemos—Jay asiente y por un momento Sunoo sintió que estaba a salvo—. Pero nunca has estado así, no pareces ser tú y en cierta parte es preocupante. ¿Hay algo que no sabemos o...

Mierda.

Claro que no saben lo que sucedió con Sunghoon. Y no es que no le tuviese confianza a sus amigos, ellos son los que más le conocen, pero no ha dicho nada por el simple hecho de que encontraría palabras como «Te lo dije», «Sunghoon es un idiota» –aunque no estaban muy alejados de la realidad– «Es hora de que comiences a olvidarlo» y puede seguir.

Sin embargo, Riki y Jay parecen dispuestos a saber la verdad.

Sunoo solo puede suspirar en una clara derrota y simplemente dice:

—Park Sunghoon, eso sucede.

Ni siquiera deben pasar más de cinco segundos para que él escuche a Riki bufar y ver cómo Jay rueda sus ojos. Ambos molestos.