Prejuicios [Sunsun]

[02]

Sunoo observa de reojo como Sunghoon parece hablar con alguien por móvil mientras camina hacia él.

Siendo sincero, la idea de salir con Sunghoon a un bar no le parecía tan mala. Claro, eso pensó hasta que recordó en cómo su jefe le miró hace tan solo nada cuando salió de su horario. Es obvio que vio las cámaras.

Y aunque no hayan hecho nada «provocador» el señor Park es un hombre demasiado conservador, de mente tan cerrada que no podía ni permitía ver a dos personas del mismo sexo darse un mínimo cariño, o al menos, que sean dos tipos. Eso lo aprendió cuando dos de sus amigos fueron a visitarlo y demostraron su amor públicamente...

El señor Park aborreció dicha muestra de afecto frente a ellos.

—Sunoo, tardaste menos de lo que me dijiste—Sunghoon llega hasta él y le habla.

Sunoo debe de parpadear un par de veces para adecuarse al momento. No sabe cuánto tiempo llevaba en un trance tonto, solo puede darse cuenta de la persona que tiene en su frente.

Malditamente hermoso.

—Bueno, no quería hacerte esperar demasiado—responde con media sonrisa.

Más nunca imaginó que Sunghoon fuese a levantar su mano y le diese una caricia en su mejilla pasando levemente su dedo pulgar por su labio inferior.

¿Qué acaba de hacer?

—Te ves muy bonito—dichas palabras calan profundamente a Sunoo—. Más de lo habitual.

El rubio suelta una pequeña risa de nervios. Pero es claro que no se quedaría atrás.

—Pues...—haciendo un paso hacia adelante, choca su cuerpo con el de Sunghoon y cuando obtiene su completa atención, sonríe a medias—. Alguien luce jodidamente bien hoy también.

—¿Ah si?

—Sí...—Sunoo asiente lentamente y se acerca un poco más.

Sus ojos viajan hasta los de Sunghoon y puede diferenciar un brillo notable, uno que pocas veces ha visto, diría y asegura que lo ve cada vez que lo pesca observándolo.

—¿N-nos iremos?—el pequeño temblor en la voz de Sunghoon incita a Sunoo.

Así que una confianza descomunal lo atraviesa. Sus ojos van hasta unos labios que desea probar con fuerzas, Sunghoon traga con fuerzas y por más que quiera alejarse sabe que es algo imposible.

Sunoo tiene todo de sí como para tenerlo en sus manos y eso es algo que no sabe.

Aunque está mal.

Muy mal.

—Vamos—el rubio asiente y hace de Sunghoon un manojo de nervios.

Pues sus labios rozan levemente los suyos antes de besar la comisura de éstos. Sunoo rápidamente se separa y suelta una risita traviesa mientras comienza a caminar dejándolo en un estado de trance absoluto.