| Donde 𝐍𝐎𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐓𝐈𝐍𝐄𝐙, hermana pequeña de Iñigo Martinez, decide mandar la solicitud de universadad a Barcelona.
Despues de la muerte de su abuela, y el mal estado de su familia, Maia decide mudarse a Barcelona para pasar mas tiempo con...
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Apague la alarma de un manotazo cuando sonaron las 7 en punto. Parecía que iba a clase, pero no era así, esta vez me escapé de este horrible lugar para cumplir mis sueños y crear mi nueva vida. Por eso me levante lo mas rapido que pude y me vesti metiendo las pocas cosas que me quedaban en una pequeña mochila.
Me puse algo cómodo, unos mayas y un jersey. ¿Para que ir arreglada a un vuelo? Baje las maletas de una en una por el peso que tenían, y cuando tenía el equipaje me hice un desayuno ligero. Todo esto en silencio, no quería despertar a Amelia e Iñaki.
Cuando supe que ya estaba llena, guardé todo y fregué los platos para que no me llamaran a las horas echándome la bronca del siglo. Cargué las cosas en mis manos y cuando salí de casa vi el taxi aparcado. 8 en punto.
Sonreí y cerré la vuelta dejando atrás la casa hasta llegar al coche.
– Buenos días – saludé al conductor, que se había bajado del coche para ayudarme. – Buenos días. Lleva muchas cosas dentro, ¿no cree? – bromeó al cargar la última maleta. – Me mudo – sonreí. – Vaya, no lo sabía – se rasco la nuca incomodo – Bueno, vamos.
Sonreí y me senté en la parte de detrás. Aproveche el tiempo de llegada para echarme una siesta de una hora. El chico me despertó cuando llegamos y me ayudo a bajar las cosas.
– Listo, ¿necesitas ayuda? – No, tranquilo, puedo sola – dije con dificultad para cargar la bolsita. – ¿Segura? – Si, tranquilo. Gracias por traerme.
Me despedí y entré al aeropuerto. Para ser las 9 de la mañana, se veía bastante movimiento. Familias corriendo de un lado hacia otro, personas desayunando, y gente que recién había aterrizado.
Suspire y me acerque a la pantalla para ver la puerta de embarque de mi vuelo.
"Barcelona, puerta 13"
Miré el reloj otra vez para asegurarme de que eran las 9:15, así que caminé hasta la puerta. Tenía una media hora para poder picar algo y responder algunos mensajes. Me acerque a los asientos y deje mis cosas en el asiento de al lado para sentarme en el otro.
Me puse la música mientras miraba el móvil y me comí una mandarina, con dificultad. Gracias a dios, el vuelo no se retrasó, y a las 9:40 llamaron para embarcar al avión. La cola era kilométrica, así que me meti donde pude.
Pase sin problemas, saludé a la chica y pasamos por el puente. Prefería mil veces el puente que bajar a pista y subir, era mucho más cómodo. Camine hasta mi asiento, que por suerte lo tenía al lado de la ventana. Guarde la maleta y la bolsa arriba y me lleve la mochila conmigo.
Tenía mi portátil dentro con algunas películas descargadas, así que serían las 2 horas más cortas de mi vida. Al lado mío se sentaron una pareja de chicas, por cierto, eran muy majas.
