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"Era una pequeña niña, pero también una gran amenaza.
Desde que nací, la gente me encontraba como una gran amenaza hacía la humanidad. Le daba miedo a todos, pero yo no quería eso, solamente quería ser una niña normal más del montón. Una niña como las demás, no quería llamar la atención.
Pero la gente no quería que me uniera a ellos.
Yo perdía la paciencia fácilmente, y cuando lo hacía, mi espíritu abandona mi cuerpo y empieza a masacrar todo lo que no me agradaba. Pero esas masacres que hacía solo eran pequeños avisos hacia los demás, del destino que tendrían si me rechazaban.
Pero no dure mucho tiempo así.
Las cosas cambiaron rápidamente. Dios me llevo al infierno sin haber muerto como castigo de todas mis acciones. La gente ni sabía como había desaparecido, me llevaron de la manera más descarada posible. Así la humanidad volvería estar en paz, sin mí.
Pero tampoco duro mucho tiempo así.
Al final, lo encontraron injusto que me hayan traído al infierno sin haber fallecido. Así que me volvieron a llevar a la vida, con una pequeña condición.
Tendría una habitación donde no podría salir sin el permiso de dios. Esa habitación era una réplica de la primera etapa del infierno, el limbo, donde todo lo que es ahora, también lo será después. No le encontraba sentido a eso decisión, ¿Qué diferencia hay entre estar en el infierno de la muerte y el infierno de la vida? Y encima está todo oscuro.
Y lo peor de todo, es que esa habitación tenía que estar encerrada en una escuela, la peor prisión de todas, supuestamente para "educarme". Aunque al menos no tendré que asistir a las clases, aunque no sé que es más aburrido; Un limbo, o una clase de matemáticas.
Dios aseguraría de que nadie entrara ni saliera de mi habitación sin su permiso, y me prometió que si alguien entraba, podría acabar con su vida sin ser castigada.
Obviamente, algún día me dejarán libre e intentar ser la alumna normal que siempre he soñado ser. Pero obviamente será dentro de mucho tiempo, solo si me comporto... Bien.
Espero que pueda mantener una buena racha escribiéndote, querido diario."
Escribir lo que ocurría en el diario era lo único que Alice podía hacer para alejarla del aburrimiento y soledad, aunque obviamente no podría aguantar tanto tiempo solo a base de escribir.
Ella empezó a hacer dibujitos alrededor de lo que escribió, como otro pasatiempo más. Aunque en fondo sabía que era muy aburrido e repetitivo, pero igualmente mantuvo su actitud positiva, intentando encontrar el lado bueno de esto, lo cual era imposible, porque no hay, ¿Verdad?
Alice se tumbó en el suelo, mirando al "techo" mientras movía los pies de un lado a otro, de manera infantil, como si fuera una niña pequeña sin preocupaciones. Pero en el fondo, ella sabía que no era tan simple. Su vida estaba marcada por algo más grande, algo que no comprendía lo que era. Y por ahora, todo lo que podía hacer, era esperar.
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