Tras lo ocurrido esa noche, ya nada volvió a ser igual para Jungkook; de pronto no se concentraba en su trabajo y se pasaba el día entero pensando en los maravillosos momentos que había compartido con ese Omega. Su entrega, su fuerza, su pasión le gustaron y deseaba poder repetir.
El problema era que Park Jimin lo evitaba. En el edificio lo había visto muy poco y de lejos. Se enteró de que Jimin estaba utilizando el estacionamiento subterráneo. Al dejar su coche, subía directamente al elevador que lo llevaba a su piso y Jungkook casi siempre estaba en recepción. En sus recorridos entre pisos tampoco logró verlo.
Y eso estaba frustrándolo. Ya que su mente era todo un desastre, una parte de él decía que se olvidara de una vez por todas del arrogante Omega, pero otra parte lo atraía irrevocablemente a él.
Las razones para olvidarse del Omega eran muchas, y también muchas más que las razones para intentar tener un acercamiento a él. Su lado irracional ganó. Como no sabía dónde vivía, Jungkook optó por acecharlo en el trabajo.
A la hora de la salida esperó pacientemente en el estacionamiento. Tras una columna lo vio aparecer; venía elegantemente vestido en su traje color gris y se veía realmente agotado. Cuando lo vio abordar su auto. Jungkook supo que era entonces o nunca.
Jimin estaba muriendo de hambre y los suministros que Taehyung le había llevado a casa tres días atrás ya estaban en números rojos y no deseaba pasar en esos momentos por su local, pero se estaba quedando sin opciones.
Las investigaciones sobre lo ocurrido habían arrojado un dato muy interesante: según el investigador privado, había encontrado distintas denuncias sobre Omegas que habían sido drogados y atacados sexualmente; eso por su parte era un alivio. Quería decir que su atentado fue al azar y no algo deliberado por alguien que lo odiara.
El problema era que, según el reporte, el atacante no desistió de su intento tan fácilmente. Si el Omega que drogó por algún motivo se salvaba la primera vez, el atacante insistiría hasta conseguirlo. ¡Maldita sea! Eso quería decir que era un objetivo y tenía que estar alerta. Su caso no fue reportado a las autoridades; ni siquiera tenía sentido que lo hiciera.
Un ataque a un Omega no era algo que la policía consideraba relevante. Y los pocos casos que existían denunciados sobre este psicópata solamente estaban archivados, pero nadie investigaba. Era realmente frustrante. No quería ni imaginar el esfuerzo que representó para esos Omegas denunciar su violación, y para colmo no eran tomados en serio. ¡Maldita sociedad de mierda!
Respecto a las provisiones, decidió que por el momento comprar comida en lata era una opción. Mañana se pondría de acuerdo con Taehyung para una entrega de alimentos a domicilio. Era mucho mejor para Jimin que Taehyung fuera a su casa o que enviara las cosas con Yoongi. Por el momento se las arreglaría con sopa para recalentar.
Abrochándose el cinturón de seguridad, puso música y empezó a tararear. Con tranquilidad, arrancó el coche; se echó en reversa, pero al ver que alguien se le atravesaba, frenó en seco. Asustado, salió del vehículo dando un portazo.
—Pero ¿Tú estás tonto o qué?
Gruñó molesto al tonto Alfa que lo miraba con suspicacia.
—No. Sin embargo, esta era la única forma de llamar tu atención. Jimin apretó los dientes.
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La danza de los opuestos
FanfictionLa vida no es fácil para aquellos que nacen siendo Omegas, eso es algo que Park Jimin tiene más que claro. Jimin es un Omega que siente un odio profundo hacia los Alfas y la sociedad que creen que los Omegas son simplemente juguetes para dar placer...