Parte 20

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Con tan solo abrir un ojo, Jimin sintió que el mundo le daba vueltas; gimiendo volvió a cerrarlos... Era esta una de esas mañanas en las que se arrepentía de todos los pecados que había cometido hasta ahora y juraba solemnemente no volver a beber por el resto de su vida. 

Reuniendo todo su valor, hizo el intentó de girarse, puesto que estaba boca abajo. <<Grave error>> Temblado, se aferró fuertemente a las sábanas.

—¡Joder...!

¡Mierda, mierda, mierda! Pensó que ni siquiera podría maldecir como Dios manda en voz alta; su garganta estaba más seca que un árbol en otoño.

¿Qué había sucedido? Tratando de ignorar el dolor de cabeza que lo estaba matando, trató de recordar qué había hecho, por cómo se sentía, hasta pareciera que había estado en medio de la guerra en el desierto.

Su conversación con Yoongi. Jungkook furioso.

Jungkook besándolo.

Jimin montándose sobre su regazo.

Jimin se tensó, ¡idiota, idiota, idiota! Recordó su decisión de irse al Lunatix; necesitaba unos buenos tragos, recordaba la primera ronda de chupitos, la música, el baile y después... nada.

Lleno de temor abrió los ojos y levantó la sábana; casi hasta tenía miedo de mirar, pero necesitaba saber. Casi sintió alivio al comprobar que llevaba puesta ropa interior. 

No necesariamente quería decir que no había pasado nada solo porque llevaba ropa interior. Nada podía asegurar al cien por ciento.

"Me encantaría que me marcaras..."

La imagen de él suplicando, ni más ni menos, que a Jungkook lo hizo gemir, no puede ser... ¿Podría ser fruto de su imaginación? Precisamente había ido ahí para alejarse de ese Alfa un momento y poder enfocar de nuevo sus ideales. ¿Qué hacía él en el Lunatix?

"Márcame, Jungkook... Hazme tu Omega... Te daré un bebé..."

Jimin se sentó, llevando sus manos a su nuca; respiró aliviado al darse cuenta de que no tenía la marca de Jungkook. Cerró los ojos tratando de tranquilizarse; todas estas escenas en su cabeza eran como si él las estuviera viendo desde afuera, como si fuera otro espectador.

Su cara se puso roja cuando recordó su cuerpo, restregándose contra el Alfa y gimiendo cuando sentía la enorme polla del hombre rozándose con la suya a través de la ropa.

—Por favor, que me digan que es sólo producto de mi imaginación.

Tenía la esperanza que únicamente fueran imágenes producto del exceso de alcohol. Ciertamente, había compartido sexo con Jungkook las últimas semanas, pero lo había hecho consiente, bajo sus términos. 

Estando ebrio no tenía ni la menor idea de qué había dicho y hecho. Muchas de las consecuencias más estúpidas con las que tenía que lidiar la gente eran a causa de actos cometidos bajo la influencia del alcohol. De repente la puerta se abrió, sobresaltándolo; en un acto de auto reflejo apretó las sábanas contra su cuerpo...

—Me alegro verte despierto, ¿Cómo te sientes?

Preguntó Jungkook llevando una bandeja de comida. Se acercó a él. Parecía una escena de película en cámara lenta... No solo por el hecho de estar sorprendido de verlo entrar en su habitación, un Jungkook semidesnudo era difícil de ignorar, pero lo que se estaba desarrollando ante sus ojos era una escena muy doméstica para su gusto. 

Ese no era el tipo de relación que él deseaba.

—Te he traído café, jugo de naranja, unas tostadas y unos comprimidos para el dolor de cabeza.

Jimin abrió los ojos y se encontró a Jungkook dejando la bandeja sobre la cama, al tiempo que se inclinaba sobre él. Sus intenciones eran claras, iba a besarlo...

—Jungkook...

Él se echó para atrás evitando que lo besara. Sus rostros quedaron separados por centímetros.

—¿Qué sucedió anoche?

Solo había pasado un segundo, pero Jimin vio claramente el dolor cruzar la mirada de Jungkook. Pero rápidamente se recompuso, su cara se tornó seria y sus ojos carentes de toda emoción lo miraron.

—Nada.

Aseguró él, separándose y entregándole el vaso de jugo. Jimin estudió al hombre.

—Te emborrachaste, te desmayaste y te trajo a casa.

Él no le estaba diciendo la verdad. Y Jimin estaba más que complacido al jugar al "soy inocente". No estaba dispuesto a preguntarle por cada uno de los flashbacks que estaba teniendo y Jungkook le estaba facilitando el asunto.

—Entonces, ¿todo está bien?

Preguntó seriamente, recuperando su autocontrol.

—Todo genial. Se hace tarde, tengo que irme o no llegaré a mi turno.

Dijo él abandonando la habitación sin mirarlo. ¡Joder, joder, joder! Si algo podría decir Jimin era que siempre sabía cuándo había metido la pata, y esta era una de esas ocasiones. Dejando el vaso en la bandeja, miró hacia un lado de su cama. 

Las pruebas estaban claras; la almohada arrugada al costado de donde Jimin estaba era evidencia de que esa noche él no había estado solo en la cama. No era la primera vez que después del sexo, Jungkook se quedaba a dormir y se iba muy temprano. 

Lo molestó al principio, pero ya se estaba acostumbrando. Hoy por una extraña razón se sentía... extraño.

Él únicamente había querido divertirse un rato y olvidarse de todo, pero acabó complicando la situación. Jimin se puso de pie. 

Todavía se sentía como la mierda, pero todo lo que acababa de pasar le habría bajado de plano cualquier resto de alcohol del sistema. Por el momento dejaría de lado sus dramas emocionales y se enfocaría en lo importante, su trabajo. 

Su trabajo era seguro, era constante y era lo mejor que podía hacer. Ese viaje de tres días fuera de la ciudad ahora sonaba bastante bien.

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⏰ Última actualización: Nov 16 ⏰

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La danza de los opuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora