Deal

7

Era de noche cuando llegaron.

Mientras se bajaban del auto, Donghae miró a la casa y dijo, no sin humor.

-En realidad, algunas cosas acerca de ti ahora están comenzando a
tener una horrible cantidad de sentido.

Era casi inapropiadamente risible llamarla una casa. Era una gran mansión de diseño clásico.
Wendy dio unas palmaditas con entusiasmo.

-¡Un palacio!

-No seas estúpida- dijo Yuqi, con tono de superioridad-. Los reyes y las princesas viven en palacios. Nuestros país no tiene clareza.

-Realeza- Lee la corrigió, cerrando el coche-. Si vas a llamar a alguien estúpido, asegúrate de no cometer errores tú misma.

Wendy le sonrió a Lee y le agarró la mano.

-¡Me gusta Sr. Lee!

Lee se quedó mirando a la pequeña niña con una expresión vagamente perpleja en su rostro, antes de mirar a Donghae.

Reprimiendo una sonrisa, Donghae dijo:

-Deja al Sr. Lee en paz, Wendy. Ven, toma mi mano.

Wendy puso mala cara, pero soltó la mano de Lee y tomó la de
Donghae. Yuqi tomó su otra mano mientras que unos cuantos criados
salieron para llevar su equipaje dentro.

-A mí no me gusta él- Yuqi dijo mientras caminaban hacia la casa.

-No seas maleducada, cariño- dijo Donghae, mirando el hombre en
cuestión, que caminaba al lado de ellos-. El Sr. Lee puede oírte.

Los ojos de Lee se centraron en la casa; no mostró ningún signo de escuchar la conversación.

Donghae desvió la mirada. Era difícil creer que hace apenas unas horas, él tenía a este inmaculadamente vestido hombre, de rostro severo, gruñendo y moviéndose encima de él.

-Pero él no me gusta- dijo Yuqi obstinadamente, pero bajando la
voz-. No me gusta la forma en que te mira.

-¿Cómo me mira?- Repitió Donghae.

-Como Wendy mira a un panqueque.

Donghae forzó una sonrisa. Este fue un nuevo nivel de rareza.

-Tú sólo estás imaginándolo, calabaza.

-Pero...

-Sólo imaginándolo- repitió Donghae, esperando que Lee no
hubiera oído las palabras de Yuqi.

El rostro de Lee era duro y frío, desprovisto de todo el color.

Este era un hombre que volvía a casa, a su padre y su familia después de quince años. Se veía casi tan feliz como un hombre en su camino a la prisión.

Un mayordomo, un jodido mayordomo  abrió la puerta y saludó a Lee con un tranquilo:

-Maestro Hyukjae.

Donghae guió a las niñas al interior. Se veían tímidas y nerviosas, y Donghae tuvo que admitir que no estaba en nada menos nervioso que ellas; él
era simplemente mejor en disimularlo.

Su primera impresión de la sala fue por la inmensidad del mármol y
los pilares y bustos clásicos y la cúpula imponente.

-¡Hyukjae!

Donghae miró hacia arriba. Una mujer alta de cabello oscuro iba
caminando por las escaleras, una sonrisa vagamente aliviada en sus labios.

Abrazó a Lee y lo besó en la mejilla.

-Sora- Lee murmuró-. Te ves bien.

Así que esta era la hermana que le había convencido para venir.

Donghae la miró con curiosidad. Él ciertamente podía ver el parecido
familiar. Ella parecía unos pocos años mayor que su hermano, tal vez treinta y cinco.

Sora se apartó y miró a Donghae y a las niñas sobre el hombro de Lee, pero antes de que ella o Donghae pudieran decir nada, dos ancianos entraron en la casa.

Uno de ellos, el más alto, mostraba un extraño parecido con Lee. De hecho, podrían haber sido gemelos si el hombre no tuviera alrededor de treinta años más. Donghae decidió que este debía ser el padre de Lee, Lee Dongwook.

-El hijo pródigo regresa- dijo Dongwook con una sonrisa burlona-. Sabía que este día llegaría.

-Entonces te equivocaste- dijo Lee fríamente-. Vine sólo porque Sora no paraba de molestarme. Al parecer, estás prácticamente en
tu lecho de muerte.

-¡Hyukjae!- Sora dijo, viéndose indignada.

-Voy a tener que decepcionarte, entonces- dijo Dongwook- Tengo un
excelente estado de salud-. Él estaba mintiendo. Él tenía un matiz casi grisáceo para su complexión-. Así que no conseguirás mi dinero en el corto
plazo.

-Tú sabes que yo no necesito tu dinero- dijo Lee.

Se miraron el uno al otro con frialdad, y el parecido que compartían era sorprendente. Donghae se preguntó si Lee lo sabría y lo resentía.

En este momento, Dongwook desvió la mirada hacia Donghae.

Sus agudos ojos oscuros lo recorrieron de pies a cabeza, haciendo a Donghae ser dolorosamente consciente de su desgastada, ropa barata.

Los labios de Dongwook se torcieron en tono de burla.

-¿Y esto?

Lee dio un paso hacia Donghae y le puso una mano en el hombro.

-Este es mi amante, Lee Donghae.

El otro anciano respiró hondo.
El rostro de Dongwook no cambió nada, pero de alguna manera, la
temperatura en la habitación parecía haber caído doce grados.

Donghae hizo una mueca interna, pero no era como si no se lo esperara.

-Donghae, este es mi padre, Lee Dongwook- dijo Lee, su voz
atípicamente suave. El idiota estaba absolutamente disfrutando esto-. Y el viejo amigo de mi padre, Lee Sooman.

-Encantado de conocerte-. Donghae mintió, preguntándose si el señor
Lee Sooman era el hombre con cuya hija Dongwook quería que su hijo se casara.

-Ya veo- dijo Dongwook al fin antes de desviar su pesada mirada hacia las gemelas-. ¿Y estas son?

Donghae reprimió el impulso de ocultar a las chicas detrás de su espalda.

"Estas son mis hermanas, Sr. Lee. Yuqi y Seungwan-. Por una vez, Wendy se mantuvo tranquila y no discutió sobre su nombre. Ambas niñas se movieron más cerca de Donghae.

-Ya veo- dijo Lee Dongwook de nuevo antes de abordar a una
criada-. Prepara habitaciones para nuestros invitados.

-Prepara una habitación contigua a la mía para las niñas-. Lee interrumpió-. Obviamente Donghae permanecerá en la mía.

Donghae se encogió un poco.

La vena en la sien de Dongwook palpitaba. Sora vio a su padre con
preocupación. El Sr. Lee Sooman tenía una mirada de disgusto en su rostro que no se molestó en ocultar.

-Haz como él dijo-. Lee Dongwook dijo entre dientes, rompiendo el
silencio-. Muéstrales sus habitaciones. La cena es en media hora. Hyukjae, una palabra.

Donghae se volvió para seguir a la mucama cuando una mano lo agarró
del brazo y lo detuvo.

-Te veré pronto- dijo Lee y le dio un breve beso.

O al menos se suponía probablemente que iba a ser un breve beso, pero Donghae encontró que sus labios no querían despedirse, ansiosos. Sintió
la sorpresa de Lee antes de que Lee le agarrara del cuello y le
besara de verdad. El beso parecía no terminar nunca.

Para el momento en que Lee, finalmente se retiró, Donghae apenas podía respirar.

Donghae no miró alrededor para ver la reacción de todo el mundo lo
podía imaginar bien.

Agarrando a las ninas, siguió a la criada.

Su rostro estaba muy caliente.