—¿Hay algo que te preocupe? Llevas horas mirándote al espejo.La voz de Lumine, suave y cargada de curiosidad, rompió el silencio de la habitación. Estaba de pie, sujetando un tarro de galletas con chispas de chocolate, y sus ojos dorados reflejaban una mezcla de intriga y diversión.
—No es nada.
Suspiré y caminé hasta el mueble de madera pulida, donde dos bufandas de colores distintos descansaban con elegancia. Me probé ambas, una tras otra, sin poder decidirme, mientras sentía la mirada atenta de Lumine clavada en mi espalda.
—Te ves bien de cualquier manera —dijo con una sonrisa traviesa, acercándose y apartando las bufandas de mis manos. Tomó un collar de oro sencillo, que destacó con un brillo cálido en mi cuello al ponérmelo delicadamente—. Así está perfecto.
Mis ojos volvieron al espejo, que reflejaba mi figura completa. La elegancia del atuendo me hacía sentir extrañamente nervioso, como si fuera a enfrentar algo más que una simple salida.
—Por cierto —dijo Lumine, apoyándose en el borde del mueble con los brazos cruzados—, ¿tienes una cita? Porque, honestamente, ese nerviosismo es sospechoso. ¿Es con Furina?
Negué de inmediato, un destello de sorpresa pasó por mis ojos.
—No. Voy a un show de magia en el teatro de la corte.
Lumine alzó una ceja, divertida.
—¿Un show de magia? ¿Desde cuándo te interesan esas cosas?
Tragué saliva, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas. Mi voz, traicionera, tembló apenas.
—Simplemente... pensé que sería interesante.
El silencio que siguió fue tan denso como la nieve afuera. Sabía que mi hermana notaba mi cambio, esa intranquilidad que no podía disimular. Normalmente, mi refugio era la calidez del hogar, lejos de las calles frías del invierno. Resultaba casi irónico, considerando los días en los que me deslizaba sin preocupaciones sobre el hielo.
Lumine dio un paso hacia mí y me estudió con una mirada que contenía tanto cariño como picardía.
—Bueno, sea lo que sea, estoy segura de que te divertirás. Y si es un show de magia... ¿quién sabe? Tal vez haya un hechizo especial esperándote.
Sonreí de lado, la tensión en mi pecho aflojándose un poco. Quizá, solo quizá, tenía razón. Miré mi reloj nuevamente para asegurarme de que iba bien de tiempo. Todo estaba en orden. Me despedí de Lumine con un beso en la mejilla y salí apresurado por la puerta. El sol ya comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y púrpuras. El espectáculo estaba a punto de comenzar.
Al llegar al teatro de la corte suprema, me sorprendió ver que la sala estaba llena de expectación. Los alaridos y murmullos de la multitud creaban una atmósfera electrizante. Mis ojos recorrieron la sala en busca de un asiento vacío, y al no encontrar uno, empecé a moverme entre la gente, buscando un buen lugar. Finalmente, logré colarme entre la multitud y me posicioné en un punto intermedio, lo suficientemente cerca para ver el escenario sin dificultad.
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𝘊𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘭 𝘩𝘪𝘦𝘭𝘰 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘢 ა૮ 𝘓𝘺𝘯𝘦𝘵𝘩𝘦𝘳
RandomEn un mundo donde la magia y el hielo se entrelazan, dos almas se encuentran en el lugar menos esperado.