-¿Por qué Alondra me evita? ¿Por qué está tan cerca de Angie?-
En donde Alondra se enamora de Rainelis, su mejor amiga, enfrenta sus sentimientos tratando de ocultarlos cada dia, en lucha de sobrevivir en medio de la angustia mental que la consume...
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ALONDRA POV:
¡Por amor de Dios! Realmente pensaba que estaba empezando a alucinar.
Rai nunca jamás sentiría celos por mi, eso no tan sólo podría pensarse, yo y era una completa tonta y estúpida ilusionada. Cuando estuve a
—¿Eso es todo lo que vas a decir?—,Dijo en un tono frío y seco, haciendo que salga de mis pensamientos.
—No entiendo a lo que te refieres. Y baja la voz por que los demás podrían escucharnos.—,Dije, pensando que esto calmaria el problema y al fin podría irme del estúpido baño.
Note como su mano me estaba sosteniendo, intente zafarme, pero ella insistió en seguir tomándome. A demás de ahí no podía contradecir su brutal fuerza, era mayor que yo y tenía más fuerza.
—Deja esta mierda de juegos Rainelis, déjame ir antes de que me enojé.—Dije, pensando en que esto sería el primer y último paso para mi objetivo de huída.
—Ya cambiaste, ¿verdad?—,Dijo con una voz débil, como si aquel enojo que había mostrado se ha esfumado de la situación.—¿Es por esa tal Angie que en has dejado, verdad?—, Ella misma antes de que yo respondiera asintió con la cabeza, mientras su tono de voz salia ¿débil y triste? No sabía por que.—¿Dónde quedó el mejor amigas para siempre? ¿Dónde quedó nuestra promesa? ¿lo has olvidado? ¿Quieres que te lo recuerde?
«Mejores amigas para siempre»
Sonríe con un toque de amargura al recordar esa linda palabra que salía de sus labios aún cuando tan sólo estábamos viviendo nuestra infancia.
—Sólo mejores amigas Rai, eso nunca va cambiar.
Poco a poco soltó mi muñeca y se acercó a mi, abrazandome tan fuerte, como si ella realmente desearía que yo no huyera de su contacto físico.
absorbi con mis narices su aroma y esto me llevo a tus do éramos pequeñas, cuando dormiamos juntas, cuando hacíamos pijamas, cuando se reía de mis estúpidos chistes, bus el esperábamos al auto bus en la parada, cuando ella corria detrás de mi mientras nuestros pies tocaban la tibia arena de la playa y los rayos del sol de la tarde mano contacto con nuestra cálida piel en el verano.
Jamás supe lo que realmente paso.
Tal vez fue la incesante compañía desde que tenía uso de razón, o la necesidad de tener su cercanía a como dé lugar, con aquel bello sonrojo en sus mejillas, esa tierna y sonora risa angelical y de vez en cuando algo contagiosa, su dulce y amable personalidad o lo segura y confiada de sí misma que empezó a ser desde que cumplió los 10 años. Sin duda no fui consciente en el momento preciso, pero sí me estuve asegurando que lo que empezaba a sentir por ella desde los 11 años se estaba convirtiendo en algo mucho más fuerte y profundo que una amistad.
Maldecía para mis adentros lo ocurrido, pero simplemente sucedió.
—No me alejes de ti, Alo —,habló mientras sentía su pequeña nariz acariciar mi cuello. Cuánto extrañaba esos mimos de su parte.
—No seas tonta, solo es... —,mencionar aquello era difícil de asimilar. —Que tienes un lindo novio que debes de atender y prestar atención a tus estudios. Yo también he estado muy metida en mis tareas, tesis y exámenes —,suspiré con desgana. — Nuestra etapa como universitarias es difícil, Alo, no hay tanto tiempo como antes para disfrutar de las tardes.
—¿Y Angie qué? ¿Por qué saliste con ella y a mí me rechazaste esa vez?
..... Ah?
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