JURAMENTO DE SOMBRAS

CAPITULO 08

Isabella.

Mi vida para todo el mundo puedo haberse tildado de fácil, ya que lo tenía prácticamente todo. Pero el "cariño", el "amor" que un padre de la da su hija se queda en la niña para toda su vida. Se que mi padre me ama, me lo ha dado todo. Desde niña nunca me ha faltado nada, crecí junto a mi nana la cual me crio, pero se quedó en Londres, ella era mi guía, la que si me lastima me abrazaba calmándome.

Las risas, los juegos nunca faltaron con ella, la quise traer, pero debía quedarse por su hijo menor. Me hace tanta falta recibir un abrazo suyo, sus consejos que podría recibir ante lo acontecido. Tan solo pensarlo me saca una pequeña sonrisa, por lo que cierro mis ojos imaginándome mientras me ve a través de esos ojos como el océano.

«Bella, mi niña eres fuerte, todo pasará. Recuerda que dentro de ti esta esa valentía que tanto escondes que puede ser perjudicial para los que te quieren hacer daño. Por tu sangre corre sangre letal y venenosa»

Mi nana siempre ha creído viviendo las fantasías de los cuentos contándome historias de princesas, clanes, alianzas y la sangre de las mafias. Sus historias eras muy sorprendentes que podría catalogar como si todo lo que me contaba ella lo hubiera vivido, pero tan solo pensarlo es absurdo. ¿Mafias? Eso solo pasa en las películas, donde los protagonistas salvan del mundo o lo ven arder por dañar a los suyos. Si en este caso yo fuera la protagonista ardería todo el mundo con tal de salvar a los míos.

El viento sopla en mi cara mientras en el lado del piloto, Luka sigue manejando con la cara que siempre pone, como si todo en esta vida le estuviera jodiendo. El solo acepto por el hecho de sentir su ego elevado, por ser el primogénito le corresponde el legado de los Kozlov, pero porque se tenía que comprometer conmigo. Tan solo soy una niña a su lado, solo quiero pintar por horas mis cuadros, tener un novio donde me saque a comer helado, patinar en hielo. Besándonos debajo de la lluvia mientras nada nos importe mientras escuchamos jazz.

Jamás pensé ahora irme de mi casa porque me casare con un tipo al cual solo lo he visto una vez en mi vida, su manera arrogante, su mirada de "Voy a matarte", el porte que emana solo es «Peligro».

Ingresamos a la gran mansión de los Kozlov en Italia, mi casa no era nada comparado que me quedo asombrada, el terreno es tan amplio es como si estuviéramos en esas películas de personas tan importantes. Por lo que se la familia Kozlov es de las mas poderosas en Rusia de no ser la mas poderosa, cuenta con varias empresas alrededor de 35 países, invirtiendo en bolsas de valores de las empresas mas emergentes.

Luka sale del carro, así que hago lo mismo, veo que hay muchos guardias. Supongo que solo es por seguridad. El empleado se acerca a ayudarnos con mi maleta, pero le hago una señal de que yo puedo sola, el tan solo se retira. Luka solo me observa, esa mirada esmeralda que evalúa cada uno de mis movimientos. En la entrada puedo ver a toda la familia Kozlov escaneándome, me siento tan diminuta mientras avanzo, siento que alguien me quita la maleta de mi mano, al igual que una mano se posa en mi cintura intensificando el agarre.

Mantengo mi respiración irregular, intento distanciarme, pero el agarre en mi cintura se aprieta más. Estamos a pocos metros de la familia Kozlov cuando Luka me susurra.

—Aceptaste ese maldito trato, solo espera recibir mi total rechazo a ti y a tu apellido, ricitos. — muerde mi lóbulo.

No le respondo nada porque habíamos llegado a donde estaban parados, la mujer al lado de Damián luce tan bonita con ese vestido que lucio en la fiesta que solo duro un par de horas. Al lado su hija que tiene el cabello perfectamente recogido al igual que las pequeñas de los Kozlov. Luce tan linda cuando su sonrisa me da la bienvenida, así que hago lo mismo. Al otro extremo se encuentra el hermano de Luka, el cual es lo contrario a el que se acerca a nosotros, mostrándome su perfecta sonrisa.