Capitulo 3

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Los Sinclair comenzaban a adaptarse poco a poco al ritmo tranquilo y pintoresco del pueblo. Lucas había logrado ingresar a la universidad, un logro que llenó de orgullo a la familia, mientras que Ismael había comenzado sus días en el colegio con renovada emoción. Para celebrar estas nuevas etapas, los hermanos decidieron ir a un comedor local famoso por su variada oferta culinaria.

El ambiente era cálido y acogedor, con un murmullo constante de conversaciones y el tintineo de platos. Lucas, siempre algo reservado, trataba de centrarse en la comida frente a él, pero no pudo evitar que su atención se desviara hacia una figura familiar al otro lado del lugar. Era el mismo chico que había visto fuera de su casa hacía unos días. Una ligera sensación de incomodidad lo invadió al notar que el pelinegro también lo observaba.

El calor subió a sus mejillas en un sonrojo repentino, y rápidamente desvió la mirada, como si eso pudiera borrar la interacción. Sin embargo, el chico de cabello oscuro soltó una risa baja y despreocupada, lo que solo intensificó el nerviosismo de Lucas. Ismael, que había estado mirando a su hermano con curiosidad, frunció el ceño. Sabía que Lucas no era alguien que interactuara fácilmente con extraños, y aquella reacción despertó su confusión.

De repente, un grito rompió el bullicio del comedor, haciendo que ambos Sinclair se sobresaltaran. El chico de cabello oscuro había mordido al castaño que lo acompañaba—Te dije que no me vuelvas a decir chino, la proxima yo te mordere la garganta y te la arrancare—Le dijo al afectado se sobaba el dedo con una mezcla de dolor y resignación mientras el pelinegro lucía completamente indiferente. La escena parecía sacada de una comedia, pero Lucas sintió un escalofrío.

No eran nada cuidadosos con lo que decian, aunque medio pueblo sabia que aquel pelinegro detestaba que le dijeran chino.

—Será mejor que nos vayamos, una oscuridad quiero rodearlos y no quiero que estemos cerca de eso—.murmuró a Ismael mientras se levantaba con cierta prisa. Había algo inquietante en el ambiente, algo que no podía explicar, pero que lo empujaba a alejarse. Aunque confundido, Ismael no discutió y lo siguió hacia la salida.

Los dos chicos observaban a los hermanos Sinclair mientras se iban. Noah y Stiles, quienes por su buena audicion habian escuchado aquellas palabras, intercambiaron miradas cómplices.

—¿Lo escuchaste?— preguntó Stiles con una sonrisa ladeada. Noah asintió, riendo por lo bajo. Ambos negaron con la cabeza, todavía entretenidos por la extraña dinámica que se había desarrollado en el comedor, y continuaron disfrutando de su comida.


( ...)


La noche había caído sobre el pueblo, cubriéndolo con un manto de estrellas y el murmullo ocasional del viento entre los árboles. Lucas estaba frente al espejo de su habitación, intentando arreglarse el cabello que insistía en caerle desordenado sobre la frente. Soltó un suspiro frustrado, pero su atención se desvió cuando un movimiento llamó su mirada hacia la ventana.

Un lobo, de pelaje negro brillante y una oreja blanca como la nieve, estaba sentado tranquilamente en el portón de la casa. Lucas parpadeó, pensando que tal vez había visto mal, pero no; el animal seguía allí, inmóvil, observando.

Genial, ya veo fantasmas de animales ahora—.Penso

Su curiosidad pudo más que la duda. Aprovechando el silencio que reinaba en la casa y que todos dormían, bajó las escaleras con cuidado de no hacer ruido. Al abrir la puerta, el aire fresco de la noche le golpeó la cara, pero su atención no se desvió del lobo, que seguía exactamente en el mismo lugar. Lucas caminó hacia él con cautela, sorprendido de que no huyera.

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⏰ Last updated: 2 days ago ⏰

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Sombras siniestrasWhere stories live. Discover now