NARRADOR ANÓNIMO:
El aire en Florencia estaba impregnado de un aroma a historia y misterio, pero para Ernesto, el paisaje que se desplegaba ante él era solo un telón de fondo para la tormenta que se avecinaba. Con sus hijas a su lado, avanzaba por las calles adoquinadas. En pocas horas tendría su reunión con aquellos que lo habían convocado, y no tendría ni tiempo para descansar.
Valentina estaba sentada a su lado con un libro en las manos, con su rostro serio y concentrado. Las páginas se deslizaban entre sus dedos, pero su mente estaba lejos de la ficción que leía. Sofía, por otro lado, mantenía una expresión pensativa, como si cada pensamiento fuera un ladrillo en la muralla que había construido para proteger a su padre. Su mente repasaba mentalmente cada posible escenario, cada peligro que podría acecharlo. La idea de un atentado no era solo una posibilidad remota; era un peso que cargaba en su pecho.
Valentina, al observar a su padre, notó la tensión en su mandíbula y el brillo furtivo en sus ojos. Había algo más en su comportamiento, algo que la inquietaba. Ella había escuchado la conversación entre él y Sofía, y aunque no había visto más a Máximo desde el dia del baile, la sombra de su nombre se cernía sobre ellos como una nube oscura. Sin embargo, no era el momento de hacer preguntas. La determinación en su mirada reflejaba su deseo de entender, pero también su decisión de no interrumpir el silencio tenso que los rodeaba.
Finalmente, Valentina rompió el silencio que los envolvía.
_¿Con quién te reunirás, papá?.- Su voz sonó más firme de lo que se sentía.
Ernesto la miró de reojo antes de responder.
_Con Benjamin Vanetto.
Al pronunciar el nombre, la expresión de Valentina cambió a una mezcla de duda y preocupación. Benjamin Vanetto no era solo un nombre; era el hombre que encabezaba la pirámide, el mismo al que había oído mencionar en susurros. La idea de que su padre se reuniera con él desató una tormenta de preguntas en su mente, pero sabía que no era el momento adecuado para cuestionarlo más.
Así que decidió guardar silencio, dejando que el peso de la incertidumbre se asentara entre ellos mientras continuaban su camino hacia lo desconocido.
La familia Vannicelli llegó al hotel en medio de la bruma de la noche florentina. Las luces tenues del vestíbulo iluminaban sus rostros cansados, y el eco de sus pasos resonaba en el mármol pulido. Ernesto, con su mirada fija en el suelo, guió a sus hijas hacia el ascensor. La tensión que lo acompañaba era palpable, como una sombra que no lo dejaba en paz.
Al entrar en la habitación, Ernesto se detuvo y miró a Valentina y Sofía.
_Descansen. Pronto será de día.- dijo con voz cansada.
Su mirada se encontró con la de Sofía. En ese instante, compartieron un entendimiento silencioso, una conexión que iba más allá de las palabras.
Valentina, observando la interacción, puso los ojos en blanco.
_Mañana iré a conocer la ciudad.
-anunció con determinación.Ernesto la miró y asintió.
_Dos escoltas irán contigo. Y lleva tu arma, por favor. No queremos sorpresas.- dijo dándole la espalda, se dirigió hacia su habitación, dejando a las chicas solas en el silencio tenso.
El ambiente se volvió incómodo rápidamente. Valentina, siempre amable y elegante en su simplicidad, rompió el silencio con una mirada curiosa hacia su hermana. Sofía, más callada pero astuta, sintió la intensidad de esa mirada y preguntó:
_¿Por qué me miras?
_Porque quiero.- respondió Valentina con desdén.
El silencio volvió a caer entre ellas, pesado y lleno de incomprensión. Finalmente, Valentina se atrevió a preguntar:
_ ¿Conoces a Máximo?.
_Solo por fotos.-respondió Sofía, manteniendo su mirada fija en el suelo.
Valentina se quedó pensativa por un momento antes de continuar.
_Yo lo conocí en un baile que hizo papá. Tuvimos una conexión bastante fuerte. No puedo dejar de pensar en él.
Sofía la miró con desdén.
_Él es enemigo de nuestro padre. No puedes tener ningún tipo de contacto con él.
Valentina frunció el ceño, molesta por las palabras de su hermana.
_¿Por qué siempre tienes que romper mis ilusiones?
_Porque tus ilusiones son estúpidas.- replicó Sofía con frialdad. Un mafioso no estaría contigo, y menos si es enemigo de papá.
La ira comenzó a burbujear dentro de Valentina.
_¿Y con quién sí podría estar? ¿Con una persona como tú?"
Sofía la miró seriamente, sin ceder ante la provocación.
_No voy a discutir contigo. Si estás interesada en Máximo Bianchi, ese es tu puto problema. Pero no te lamentes después.
Valentina sintió el desprecio en la mirada de su hermana y decidió ignorarla. Con un gesto decidido, se metió en el cuarto de baño para tomar una ducha y tratar de calmarse, dejando a Sofía sola con sus pensamientos y la tensión que llenaba la habitación.
.
.
.
.
.
Ernesto se despertó con los primeros rayos de sol que se filtraban a través de las cortinas de su habitación en el hotel de Florencia. Se levantó, se vistió con un traje oscuro que acentuaba su figura y se preparó mentalmente para la reunión del día. Mientras ajustaba su corbata frente al espejo, su mente se llenó de pensamientos sobre la situación actual.Al salir de la habitación, sus ojos se posaron en una mesita donde encontró una nota de Sofía. La leyó rápidamente:
NOTA:
"Estaré con 5 hombres en el lugar, estarán dispersos y atentos ante cualquier alarma".Una media sonrisa se dibujó en su rostro al pensar en la astucia de su hija. Era un alivio saber que ella estaba siempre alerta, pero pronto su mente se desvió hacia Valentina. ¿Por qué no podía ser como Sofía? Aunque no eran tan distintas, Valentina prefería mantenerse al margen, alejada del peligro y las intrigas familiares.
Sacudiendo esos pensamientos, Ernesto tomo el teléfono del cuarto del hotel y llamó a la habitación de Valentina. Al otro lado de la línea, su voz sonó clara y tranquila.
_Si?.-dijo ella
_Antes de salir del hotel me envías un mensaje y cuando llegues también. Llévate a uno de los escoltas y por nada del mundo se te ocurra dirigirte a la sona de los restaurantes más caros de Florencia.-dijo Ernesto con firmeza.
_Ok papá.-dijo Valentina antes de colgar.
Ernesto sale del hotel y en la calle, sacó las llaves de su BMW y se montó en el coche con destino a uno de los restaurantes de Benjamin. Mientras conducía, no podía evitar sentirse sorprendido por la situación actual; los Vanetto,son aliados de los Bianchi, y aún asi Benjamin quería reunirse con él. Esa pequeña alianza pendía de un hilo, especialmente porque sabía que Máximo lo estaba subestimando, y eso no lo toleraría.
Al llegar al restaurante, fue recibido con cortesía y guiado hacia la mesa donde lo esperaban. Al entrar en la sala, su corazón dio un vuelco al ver a las personas que estaban allí. No solo Máximo era un traidor en esta historia; había más en juego de lo que había imaginado.
Se sentó frente a ellos, sintiéndose expuesto bajo sus miradas evaluadoras. Justo cuando pensaba que la situación no podía volverse más tensa, el hombre que según los Bianchi había muerto le sonrió con desdén y dijo:
_Buongiorno Ernesto Vannicelli, cuánto tiempo sin verte.
Ernesto tragó saliva, consciente de que estaba a punto de adentrarse en un juego mucho más peligroso de lo que había anticipado.
.
.
.
.Nota:
Holis amores, espero q este capitulo les guste y ya casi voy a publicar el capitulo 6.
Besitos 💋
ESTÁS LEYENDO
Sombras del Ajedrez. +18 [Libro 1]
RandomEn un mundo donde la lealtad se mide en traiciones y el deseo se entrelaza con la ambición,la vida de sus protagonistas se convierte en un juego mortal. Esta historia nos sumerge en el oscuro universo de la mafia,donde cada movimiento es crucial y...