El cuerpo de Shirou permanecía inerte, tirado boca arriba, con un agujero en la frente y los ojos abiertos, vacíos. Sella se inclinaba sobre él, intentando con desesperación retirar la bala que había atravesado su cráneo, utilizando los hilos mágicos creados con el cabello de Illya. Sin embargo, la verdad era evidente: Shirou ya no estaba entre ellos. No había vida en su mirada dorada, solo el vacío de la muerte.
Illya se mantenía firme, sus ojos clavados en el cuerpo de su hermano. Había una frialdad inusual en su expresión, una determinación de hierro mientras observaba a Sella intentar lo imposible. A unos metros de ellas, Liz luchaba con feroz determinación, manteniendo a raya al adversario, su alabarda danzando en el aire con golpes precisos y letales, bloqueando cada ataque que el enemigo enviaba hacia ellas.
Sella, con una mezcla de frustración y tristeza, finalmente levantó la vista hacia Illya. "Illya-sama... él ya está muerto", dijo, su voz era apenas un susurro cargado de dolor. "No tiene sentido seguir intentándolo. Debemos dejarlo y encontrar una manera de salir de aquí antes de que sea demasiado tarde."
Illya, aunque su expresión no cambió, parecía vacilar un momento. La idea de abandonar a Shirou, de aceptarlo como una pérdida, era como una daga clavándose en su corazón. Pero antes de que pudiera responder, una voz llena de rabia rompió el silencio.
"¡Cállate y saca la maldita bala de una vez!" gritó Tohsaka Rin, su voz resonando con desesperación mientras lanzaba otro Gandr para apoyar a Liz, que luchaba incansablemente contra su enemigo. El hechizo impactó en el pecho del oponente, empujándolo hacia atrás por un momento, dándole a Liz un breve respiro.
Rin se giró hacia Sella, su mirada ardiente. "¡No vamos a dejarlo aquí! ¡Sólo saca esa bala!". Su voz se quebró por un instante, pero el furor en sus ojos no disminuyó. La situación se estaba volviendo crítica, y no podían permitirse dudar.
Antes de que Sella pudiera replicar, un ruido perturbador surgió del agujero del que había caído Shirou, un lugar donde el fuego aún ardía con fuerza, llenando el aire con el olor a humo y cenizas. Rin giró la cabeza hacia el origen del sonido, y su expresión se transformó en una mueca de horror.
Brujas vestidas de negro comenzaban a emerger del agujero, sus rostros ocultos tras capuchas oscuras, y con ellas, figuras monstruosas: hombres lobo con ojos rojos y dientes afilados, y espectros que parecían arrastrarse desde las paredes mismas, como si el fuego los hubiera liberado. Cada criatura que emergía estaba envuelta en llamas, ardiendo pero sin mostrar señal de dolor, como si el fuego fuera parte de su propia esencia.
"¡Maldición!" gritó Rin mientras lanzaba otro hechizo hacia las brujas que se acercaban, tratando de mantenerlas alejadas de Sella e Illya. "¡Sella, rápido, hazlo ya o no tendremos oportunidad!"
El campo de batalla se convirtió en un caos absoluto. Liz luchaba ferozmente, su alabarda cortando a través de las criaturas que se acercaban, pero las oleadas de enemigos parecían interminables. Las brujas susurraban palabras incomprensibles mientras sus manos invocaban más espectros, y los hombres lobo aullaban con una furia primitiva, sus cuerpos envueltos en el resplandor del fuego.
Sella cerró los ojos un instante, bloqueando todo a su alrededor. Solo había una cosa que importaba: darle a Shirou una última oportunidad. Con renovada determinación, volvió a concentrarse en la bala, sus hilos mágicos rodeándola mientras tiraba de ella con una fuerza precisa.
La bala, finalmente, salió del cráneo de Shirou con un sonido seco, cayendo al suelo. Sella respiró hondo y miró a Illya, cuyo rostro mostraba una mezcla de esperanza y desespero. "Illya-sama, ¡ahora!"
Illya se acercó a Shirou, sus manos temblorosas mientras colocaba ambas sobre su pecho. Cerró los ojos y comenzó a canalizar su magia, una luz tenue emanando de sus palmas mientras intentaba devolverle algo de vida a su hermano. A su alrededor, el caos continuaba, las criaturas ardiendo y los gritos de combate llenando el aire.
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Blood, Swords and Roses
FanficEl joven viejo cazador se encuentra con la madre de caperucita roja en un viejo sueño donde varias cosas cambiaran para un mundo asediado por Grimms Shirou de Fate: espada dentada