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¡!

Semanas después del incidente con el padre de Lee Know, la relación entre Han y Lee Know comenzó a debilitarse. La tristeza y la frustración de Lee Know se habían acumulado, y Han no sabía cómo ayudarlo.

—¿Estás bien, Know? —preguntaba Han cada día.

Lee Know se encogía de hombros.

—Sí, estoy bien —decía.

Pero no estaba bien. La herida de su padre lo seguía doliendo, y Han podía sentirlo.

Comenzaron a pasar más tiempo separados. Lee Know se sumergió en su trabajo, y Han se dedicó a sus estudios. La comunicación entre ellos se redujo a monosílabos.

—¿Qué pasa, Know? —preguntaba Han una noche.

Lee Know se miró las manos.

—Nada —dijo—. Solo estoy cansado.

Han se acercó y lo abrazó.

—Estoy aquí para ti —dijo—. No te preocupes.

Pero Lee Know se sintió incómodo.

—No necesito tu compasión —dijo—. Solo necesito tiempo.

Han se alejó, herido.

—Lo siento —dijo—. No quiero molestarte.

Lee Know no respondió.

Días después, Han se dio cuenta de que Lee Know no lo miraba más como antes. La chispa en sus ojos se había apagado.

—¿Qué pasa, Know? —preguntó Han una noche.

Lee Know se miró la televisión.

—Nada —dijo—. Solo estoy cansado de todo.

Han se sintió alarmado.

—¿De todo? —repitió—. ¿Incluyéndome a mí?

Lee Know no respondió.

Han se dio cuenta de que la relación se estaba perdiendo. La distancia entre ellos crecía cada día.

𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐢 𝐋𝐞𝐞 𝐤𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora