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Años pasaron desde que el señor Kim se llevó a Lee Know. Han se quedó en la playa, desesperado y sin saber qué hacer. Pero con el tiempo, se dio cuenta de que no podía quedarse estancado en el pasado.

Han decidió seguir adelante con su vida. Se mudó a la ciudad y comenzó a estudiar en la universidad. Se hizo amigo de nuevas personas y comenzó a construir una nueva vida para sí mismo.

Pero a pesar de todo, Han nunca olvidó a Lee Know. Siempre se preguntó qué habría sido de él, si estaría bien, si lo recordaría.

Mientras tanto, Lee Know se encontraba en una situación muy diferente. Su padre lo había llevado a vivir en una mansión en las afueras de la ciudad, donde lo había mantenido bajo una estricta supervisión.

Lee Know se sintió prisionero en su propia casa. Su padre lo había separado de todo lo que amaba, incluyendo a Han. Pero a pesar de todo, Lee Know nunca perdió la esperanza de escapar y reunirse con Han de nuevo.

El señor Kim había estado planeando el futuro de Lee Know durante años. Ahora que Lee Know había cumplido la mayoría de edad, su padre decidió que era hora de que se casara.

Lee Know se sintió horrorizado cuando su padre le anunció que había elegido a una chica para que se casara con ella. La chica se llamaba Ji-Hyun, y era la hija de un empresario rico y poderoso.

—No puedo creer que estés haciendo esto, papá —dijo Lee Know, su voz llena de desesperación—. No quiero casarme con alguien que no amo.

El señor Kim se rió, su voz sarcástica.

—El amor no es importante en un matrimonio, Lee Know —dijo—. Lo que importa es la seguridad y la estabilidad. Y Ji-Hyun te puede ofrecer eso.

Lee Know se sintió atrapado. Sabía que no podía escapar de su padre, y que tendría que hacer lo que él decía. Así que, con un corazón pesado, aceptó casarse con Ji-Hyun.

La boda se llevó a cabo en una lujosa ceremonia, con muchos invitados importantes. Lee Know se sintió como un prisionero, obligado a sonreír y a fingir que estaba feliz.

Pero en su corazón, Lee Know sabía que nunca podría amar a Ji-Hyun. Su corazón pertenecía a Han, y siempre lo haría.

𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐢 𝐋𝐞𝐞 𝐤𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora