La mujer

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Era un día normal en el ducado Baltazar y la duquesa Marcille estaba siendo peinada por las criadas.

-¿Ya habrá llegado?- pregunto la duquesa con un tono entre la felicidad y la preocupación.

-Tranquila duquesa, estoy segura que el señor llegará pronto- dijo su criada fiel Martha.

Hace meses que su amado Aleph fue al campo de batalla y hoy era el día que volvería. Marcille lo estuvo esperando y de vez en cuando escribían cartas, cuando ella recibió la carta de que pronto volvería su corazón latió... Esperando ver a su esposo de nuevo. Y así fue cuando el mayordomo entro a la habitación diciendo que el duque ya llegó.

Marcille se levantó y fue corriendo pues de una quería recibir a su amado.

-¡Ale! ¡Mi amado Ale! ¡Volvi—

Su alegría fue cortada momentáneamente pues en los brazos de su esposo se encontraba una mujer de pelo y ojos rozados, parecía indefensa, el corazón de la duquesa casi se parte si no fuera por la cara de indiferencia que tenía su esposo por la mujer, talvez lo que más debió sorprendió debió ser como su esposo rápidamente abandono a la mujer con los caballeros y corrió a abrazarla cuando la vio.

-Amada esposa, mi flor bella- hablo el duque en un tono meloso, ella correspondió el abrazo, el se volteo a los guardias -Llevensela a la enfermería y atiendala, tengo que hablar con mi esposa.

Y así el duque se llevó a su esposa y los guardias a la mujer pero la propia duquesa noto la expresión de la mujer... Un puchero.

Mientras tanto en el jardín, ella solo estaba caminando con su amado y le explicó la situación, resulta que de camino aquí el la encontró herida... El vio un pueblo cercano y pensó que talvez ella vivía ahí, el solo la trajo para curarla pues el hospital estaba lejos y había noticias de que estaban cortos de suministros así que el se acordó que la enfermería del ducado tenía suministros de sobra. Solo la trajo para ser curada, se quedaría en la enfermería y cuando esté curada la mandaría devuelta al pueblo.

-Entiendo... Pero ¿Que hay del pueblo?... ¿No habia un hospital?- pregunto Marcille pero ella vio a su esposo negar.

-Negativo, mi esposa, ellos no tienen hospital... Deberíamos financiar uno...- dijo su esposo y eso la enamoró más, que el siempre esté para ayudar a los demás.

Marcille solo le sonrió mientras sus mejillas se coloraban, ella confiaba siempre en su esposo así que confiaría en sus palabras. Pero los problemas no iban a parar, la estancia de esa mujer... Se llamaba Cristal... Solo traía problemas, esa mujer que solo debía estar en la enfermería se la pasaba paseando por toda la mansión incluso ignorando a las criadas así que Marcille decidió intervenir pero...

-¿Uh? ¿Y por qué debo escucharla? Usted es una plebeya...

-... ¿Disculpa?

-Ya me escuchastes, usted debe ser una plebeya hambreada, el duque se casó con usted por pena. No se preocupe, cuando el se de cuenta que yo soy mejor partido... El se deshara de usted y yo seré la duquesa.

-...

-¿Te deje sin habla, cam-pe-si-na?

Marcille no podía creer que esa mujer la este insultando... Ella podía cachetearla pero eso seria caer bajo aún así ella no se cayó por sus insultos. Sino por otra cosa...

-¿Cómo le dijistes a mi esposa?- el duque estaba detrás de ella.

-¡D-Duque Baltazar!- exclamó la mujer nerviosa -B-Bueno... Yo...

-Te ves bien... Parece que haz sanado y me alegra, te puedo devolver a dónde perteneces.

-¡No! ¡Espere señor duque!- la mujer logro tomar de las ropas al duque y lo miro con cariño -Y-Yo... Puedo ser mejor duquesa que el—

Pero el duque la apartó bruscamente haciendo que cayera y solo la miro con una seriedad que decia ‘Si me tocas, te vuelo la mano'

-Bien. Te haz curado. Te haré que te lleven- el duque solo hablo seriamente y tomo a su amada del brazo para llevarsela.

No basto decir mucho, esa mujer fue dejada en su pueblo aunque si puso pelea pero al final se fue y el duque... Tuvo que quemar ese traje que tenía porque según el, las marcas de la mano de esa mujer quedaron impregnadas ahí. Marcille pensó que esto iba acabado pero... Esto es el comienzo.

Todas quieren a mi marido, el fielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora