Adam, Adam. El primer humano varon en ser creado por el cielo, era bello, Inocente y curioso en el Edén, ¿Quien diría que a las tres personas que amo resultaron ser las responsables de su corazón herido?
Ja, fue un ingenuo al enamorarse.
──¿Lilith...
Aquella mujer que lo abandonó, al igual que aquel angel del que se enamoro.
Nunca los pudo superar.
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──Así que, ¿Tendré una compañera? ──Preguntó con curiosidad, mientras escuchaba de manera atenta las palabras que su padre le estaba dictando con paciencia.
──Si, mi niño. ──Afirmo, con aquel tono tranquilo característico de el. ──Ella será tu esposa, Adam, debes tratarla con respeto y cariño.
──Esposa... ¡Eso es bastante lindo! ──No iba a negar que eso era emocionante, ya no estaría solo en lo absoluto, tendría otra compañera con quién hablar, eso lo ponía feliz. ──Respeto y cariño... Entendido, Padre. ¡Trataré a mi esposa con delicadeza!
──Así me gusta, Adam. Serás un buen esposo y compañero. ──Elogió, antes de finalmente retirarse de la conversación, dejando nuevamente a Adam en tranquilidad.
──¿Así que tendrás una esposa? ──Musitó suavemente otra voz por detrás, la reconocería al instante, era aquel Angel, Luzbel. ──Eso es maravilloso, ¿No lo creés?
El más alto notó como el Ser celestial había ladeado levemente la cabeza, con un gesto lindo, solo hizo que Adam soltara una risa.
──¡Por supuesto! ──Confesó con una emoción visible para Luzbel, un destello de felicidad y inocencia era marcados en los ojos dorados del Humano. ──Padre dijo que debo tratarla con respeto y cariño, ¡La trataré como me lo indicaron! ──Añadió, Mientras miraba al más bajo.
──Claro, será tu compañera de toda la vida. ──Indicó con neutralidad, mientras se acercaba levemente al castaño. ──¿Te parece si me sigues enseñando los animales que habitan en este jardín? El otro día no me los nombraste completos.
──¡Claro, Vamos! ──Aseguró, mientras se llevaba Rápidamente al ángel a otra zona del Edén, dónde se encontraban más animales para enseñarle.
Luzbel sabía que no debía estar haciendo lo que estaba haciendo.
Más sin embargo no podía haberlo evitado.
Algo lo atraía completamente al humano, que simplemente no podía ignorar.
──¿Luzbel? ──Preguntó, Sacando al rubio de su trance en el cual estaba hace algunos minutos.
──Ah... Lo siento, solo me desconcentré, Perdón Adam, ¿Podrías repetirme nuevamente los animales? ──Nuevamente volvió, algo avergonzado por dejar a Hablando solo a Adam, pregunto si es que el castaño podría explicarle nuevamente.
