26 SUSAN

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No solo el cuerpo de Aarón es el que se tensa detrás de mí cuando Vito dijo esa estupidez de un posible matrimonio con Danilo, sino el mismo Danilo abrió muchos los ojos como si no tuviera idea de las intenciones de su jefe (mi padre). Tener a dos de los tres hombres frente a mí en la misma sintonía me dio valor. Y no es que no lo sintiera antes, pero estaba completamente decidida a hacer de mi vida lo que yo quiera hacer con ella. Ya no más reglas, ya no más normas, ya no más pensar en los demás antes que en mí.

No hay consecuencias para mi.

Hace tiempo que sé lo que quiero, y el destino se encargó de ponerlo frente a mí. Y aunque mi mente no me dejaba creer que podía tenerlo, hoy estoy segura de que puedo.

Y eso es a Aarón, aquí, en Los Ángeles o en el fin del mundo. Pero siempre él.

Aarón da un paso más cerca de mí, instintivamente entiendo que quiere poner bajo tierra a Vito y al mismo Danilo. Pero antes de que pueda intentar refutar las palabras de Vito, soy yo la que abre la boca.

—¿no lo sabes? —digo refiriéndome a Vito. —una buena boda ya salió de todo esto. —levanto mi mano izquierda y presumo mis anillos. —ahora soy la señora de Aarón Bianchi.

La mano de mi marido se posa en mi estómago rodeando mi cintura, un suspiro de alivio sale de la boca de Danilo y la cara poco impresionada que pone Vito me da una vaga idea del hombre que realmente es. Pero honestamente no le tengo miedo.

—y no voy a menospreciar tu puesto de Líder criminal, —continuó— pero si intentas hacerle algo a mi hombre... te aseguro que no volver a verme será lo último de lo que tengas que preocuparte. —mi voz sale plana, fría. Pero a nadie se le escapa la amenaza que está implícita.

La cicatriz en el labio superior de Vito hace que su sonrisa sea una media sonrisa, pero aun así algo brilla en sus ojos y no estoy segura de lo que es, pero se parece mucho al ¿orgullo? ¿Aprobación? No lo sé.

—claro que sé que te casaste en las vegas hace unas semanas. —dice y se me revuelve el estómago. No lo estoy entendiendo. —y no me atrevería a hacer nada en contra de tu "Hombre" a menos que tú me lo pidieras claro. —después de eso se echa a reír. O eso es lo que creo que hace. Sale un ruido ronco de su pecho. Y no solo para mí es sorprendente, parece que Danilo y las personas que están cerca y lo escuchan están incluso asustadas.

—así que lo sabes. —dice Aarón detrás de mí y baja su cabeza para besar mi cuello.

La risa de Vito termina y vuelve al modo formal.

—hay pocas cosas que se me escapen muchacho. —se sacude el polvo invisible de su abrigo y le da una pequeña mirada a Danilo —disfruten la cena. Es para ustedes. Más tarde podremos hablar.

Sin más se da la vuelta y desaparece entre su gente. Danilo, por su parte y ya más relajado y estando seguro de que no lo obligarán a casarse con la hija de jefe, se cruza de brazos frente a nosotros.

—debí saberlo. —niega con la cabeza, —no sé cómo no me di cuenta antes, si eres tan parecida a él. —su tono ya no es mordaz como la última vez que nos vimos y muchos menos se atreverá a coquetear conmigo sabiendo quienes somos.

—lo mismo digo, —interviene Aarón. —debí saber que si eres el mejor amigo de mi amigo, también formarías parte de todo esto.

El agarre en mi cintura se intensifica y no digo que no me guste él territorializamos de Aarón, pero quiero que sepa que es innecesario. Enredó mis dedos en los suyos y le dedicó una sonrisa tranquilizadora, no funciona.

—ahora si nos disculpas... —dice Aarón y casi jadeo, por lo que pasa a continuación.

—no tan rápido —dice Danilo al mismo tiempo que posa una de sus manos en mi hombro. Casi me lo pierdo, pero en ese mismo segundo la mano de Aarón aterriza sobre la de Danilo y le dobla la mano torciendo sus dedos hasta que me suelta.

Dulce NO tan Dulce (borrador terminado) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora