Parte 1

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Parte 1.

Hay un chico que me gusta. No sé cuándo empezó a gustarme o en qué momento mi rutina empezó a girar en torno a él. Solo sé que me fascina su existencia hasta el punto de parecer un acosador. Porque si seguirlo a todos lados, sacarle fotos a escondidas y fantasear a cada instante con él no es ser acosador, entonces no sé qué soy. Me conozco muy bien y, aunque sé que está mal, él me gusta.

Adoro observar su cabello negro mecerse con el viento mientras camina a la escuela, o su sonrisa tímida cuando está mirando algo que le gusta, incluso cuando bebe agua después de las clases de deporte. Cada parte de él me tiene embobado. Pero lamentablemente nuestros mundos nunca podrían coexistir. Él pertenece al mundo donde las personas destinadas a grandes cosas se encuentran desde que nacen; en cambio, pertenezco al montón. De esos que te encuentras por la calle y que ni chocando con él te vas a acordar después. Aun así, me permito fantasear con él.

Nunca hemos hablado, creo que ni siquiera sabe que existo, pero yo tengo mi habitación llena de fotos suyas. Lo único que tenemos en común es que vamos a la misma escuela, incluso en los clubes estamos en lados diferentes. Él pertenece al club de deportes y yo paso mi tiempo en el club de ocultismo, aunque no soy miembro. Y justo ahora me encuentro en medio de una situación en que jamás pensé.

—Chicos, Halloween es hoy y no podemos dejarlo pasar. Como miembros del club de escultismo debemos celebrar a lo grande. Por eso he preparado una actividad especial —dijo el presidente del club con demasiada emoción para mi gusto. Si bien me gusta pasar el tiempo aquí, solo es porque tengo un mínimo interés en alguna de esas cosas —. ¿Habéis escuchado el rumor de que el edificio abandonado del viejo pueblo tiene fantasmas?

Suspiré. Lo típico, otra vez, un edificio abandonado. 

Si bien en un pueblo tan pequeño como lo es Konoha, comparado con otras ciudades cercanas, no es tan grande, tiene lo propio en leyendas urbanas y sitios encantados. Ese edificio es parte de ellos. Muchos años atrás, Konoha estaba ubicado más al norte, en el lugar donde ahora solo quedan unas ruinas, pero antes fue un pintoresco pueblo que atraía muchos turistas. Pero con la construcción de nuevas carreteras y autopistas más al sur, y las recurrentes inundaciones en temporada de lluvias, la gente se fue moviendo hasta solo quedar abandonado. Y hoy en día, las pocas edificaciones que el tiempo no ha destruido son ese edificio y algunas casas que se salvaron de la crecida de los ríos. Por ese motivo, era de suponer que tarde o temprano se volvería un sitio embrujado.

—Mi hermano me comentó que allí suelen aparecerse espíritus de los antiguos pobladores que se negaron a dejar el pueblo y murieron en la crecida del río. Especialmente hoy la línea que separa el mundo de los vivos con el de los muertos se hace tan delgada que es posible tener un contacto con los fantasmas que allí viven —continuó diciendo muy emocionado—. Por eso hoy vamos allí, tendremos nuestro soñado contacto.

El presidente del club continuó hablando sobre lo interesante que sería y lo emocionado que estaba. Yo, en cambio, tenía planes de quedarme en casa.

— Escuché que el club de deportes tiene planeada una fiesta y que van a hacer una prueba de coraje. Vi a un grupo de chicas mencionarlo durante el almuerzo.
Esas palabras captaron mi atención. Si el club de deportes iba a hacer una fiesta, eso significa que él estará allí.

—¿Les parece si nos colamos en la fiesta? —dijo uno de los miembros del club.

Yo asentí.

—Seguro que será una fiesta grandiosa llena de bebidas y chicas sexys —dijo otro. Eso realmente no me interesaba, solo saber que podría verlo más tiempo ya era mi razón principal para ir.

El presidente se mostró pensativo, pero terminó aceptando. Quedamos entonces de vernos a las 10:30 en las afueras del pueblo. Como era viernes y no había clases, al día siguiente, la fiesta iba a empezar a las once.

A las diez salí de mi casa en la bici a escondidas de mi madre, que no me dejaría salir si supiera adónde voy. Tomé la dirección a la salida del pueblo donde los demás miembros del club nos encontramos. Poco a poco llegamos todos. El camino al viejo pueblo en sí es bastante pesado porque las carreteras están destruidas por las raíces de los árboles y las ramas que cubren el paso. En bici con estas inclemencias es un trabajo verdaderamente duro llegar en media hora, pero lo hicimos. Escondimos las bicis detrás de unos árboles para evitar que desaparecieran o fueran víctimas de alguna broma. 

Tal como había imaginado, el edificio era todo lo que quedaba del pueblo y algunas casas que apenas tenían algo de lo que fueron sus paredes completamente erosionadas y llenas de hongos y plantas. Del edificio, aunque conservaba su forma, gran parte de los vidrios estaban rotos y tenía partes de concreto desprendidas o colgadas peligrosamente, solo unidas por las barras de hierro completamente oxidadas, amenazando con caer en cualquier momento. Si no fuera por él, realmente nunca hubiera venido a este lugar repleto de telarañas e insectos. Con cada paso podía sentirse la música levemente, la vibración y las luces cada vez se hacían más fuertes y se podía apreciar lo que parecían decoraciones de Halloween. El plan era pasar un rato en la fiesta hasta cerca de las doce y luego ellos harían sus actividades paranormales. 

La fiesta, como me lo imaginé, estaba repleta de adolescentes, algunos con disfraces, otros no, bebidas por doquier, comida y mucha gente. No era un ambiente que particularmente me agradara. Mis ojos barrieron todo el lugar buscándolo, no fue difícil hallarlo, ya que el sitio más rodeado de gente era donde siempre estaba él. No llevaba disfraz, sabía que no le emocionaba mucho eso, en cambio, vestía una simple camisa de manga larga que le quedaba bastante ajustada en el pecho porque tenía más de tres botones zafados que me permitían apreciar su hermosa clavícula que a pesar de practicar deportes aún permanecía exquisitamente perfilada y blanca, un deleite para la vista. Su hermoso cabello negro estaba peinado hacia atrás con gel, resaltando las facciones de su perfecta cara.  

No sé cuánto tiempo lo observé, porque su mirada se cruzó con la mía por unos segundos por accidente. Entonces me perdí en la imagen de sus ojos tan profundos, grabados en mi retina; eran como un abismo profundo y silencioso que me atrapaban sin salida. Le vi salir, y una chica le llevaba de la mano muy emocionada. El resto les observó y luego rieron. Me dispuse a seguirlos cuando una chica rubia comentó a otra de cabello negro.

—Parece que Sakura se decidió a dar el paso hoy.

—Lleva enamorada de Sasuke desde la primaria, ya era hora.

Pasé por su lado captando parte de su conversación. Así que la chica era Sakura. Lo típico entre una chica popular y un chico popular era que terminaran en una relación; en cambio, yo estaba destinado al amor unilateral con cero posibilidades. Les seguí por los pasillos repletos de telarañas y polvo hasta que la música solo fue susurro lejano. El pasillo solo tenía la luz de la luna que se filtraba por las paredes agrietadas para iluminarme el camino. Si no quería que me notaran, tenía que abstenerme de usar la luz de mi teléfono.

—Sasuke

Escuché un susurro, era la voz de una chica. Me escondí detrás de una esquina mientras les observaba salir del edificio hasta una especie de mirador algo deteriorado, pero donde se podía apreciar la luna. Un poco de viento comenzó a batir alejando sus voces, solo pude observar cómo sus labios se movían en lo que yo interpreté como una confesión de amor. Deje de mirar, no podía ver cómo mi amor imposible se consolidaba en solo eso, una fantasía. Mi teléfono empezó a sonar, era un mensaje del presidente para reunirnos, quedaban cinco minutos para las doce.

—¿Sasuke?— escuché a Sakura gritar bastante asustada—. No juegues, Sasuke ¿Dónde estás?

HIM * NaruSasu* Especial x Halloween 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora