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"¡Ley del poste! ¡Ley del poste! ¡Ley del poste!" Las voces resonaban en el aire, como si se tratara de un grito de guerra. En pleno receso, con la cancha llena de chicos, bastaba con escuchar el bullicio para entender lo que pasaba. Los más populares, entre ellos Diego, Benny, Erick y compañía, le estaban haciendo el infame "poste" a Memo, dejándolo tirado en el suelo mientras se alejaban entre carcajadas.
El sol le daba directo en la cara a Memo, resaltando el dolor en su expresión, hasta que alguien se paró frente a él. ¿Y quién más iba a ser? Ivanna, con su Boing! de mango en mano, caminando como si fuera una reina, sin ninguna prisa.
Lo miró un rato, sorbiendo su jugo sin apuro, casi como si estuviera decidiendo si valía la pena ayudarlo o no. Memo, todavía en el piso, la miró como si fuera su última esperanza.
"¿Tan rápido te tiraron?" le preguntó Ivanna con tono casual, como si estuvieran platicando del clima.
Memo, apenado, asintió. Ni modo, era la primera vez, pero seguro no sería la última.
Ivanna soltó un suspiro, mirando a su alrededor como si asegurándose de que nadie más los estuviera viendo. Luego, extendió la mano para ayudarlo a levantarse. Él la tomó, algo sorprendido, y con esfuerzo, se puso de pie.
"¿Sabes qué es lo peor?" dijo Ivanna con una sonrisa torcida. "Que ni siquiera fue un 'poste' bien hecho. Hay otros mejores."
Memo la miró confundido, mientras ella soltaba una risa ligera. Y así era Ivanna, siempre tan... Despreocupada.
"Ya, Memito, levántate, y la próxima vez… escondete" le dijo, dándole un golpecito en el hombro antes de irse caminando.
Ivanna se alejó, y Memo la miró mientras se iba, aún con esa sonrisa irónica en la cara. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido el día anterior. Todo le dio un giro, como si alguien hubiera puesto en pausa su cabeza. Recordó como ella le había devuelto su mochila y como casi inicia una pelea con sus amigos.
Sus pensamientos fueron interrumpidos después de unos segundos, cuando Tenoch y Daniela se lo llevaron para consolarlo.
Tenoch, en un momento de silencio se le acercó, bajando la voz como si fuera una conspiración.
"Oye, Memo," dijo, mirando a su alrededor antes de continuar. "Te ví hablando con la abeja reina." él se refirió a Monteverde.
Memo frunció el ceño, totalmente confundido.
"¿Ah? ¿Ivanna? Sí... Solo me ayudó a levantarme."
"Sí, claro, pareció inofensiva, ¿verdad?" dijo Tenoch, con preocupación. "No te dejes engañar por su cara de buena. Siempre hay algo detrás, y no es nada bonito."
