Iridiscencia

39 5 9
                                    

El cielo se veía algo nublado así que suponía que llovería.  

-Cielo, Cielo ¡Cielo!-Decía mi padre.

-¿Que? ¿Que estas diciendo?- Le pregunte confundida.

-Hola hijita mía ¿estas?. Te estoy hablando y no me escuchas-.

-¡Ay perdón!, ¿que decías?-.

- Decía que tendrás que usar la estación de tren para ir a la universidad-Dijo mi padre mientras acomodaba las cajas de la mudanza. 

Mi padre había encontrado un trabajo a dos horas de la ciudad por lo que el y mi madre se tenían que mudar. El tenía un buen trabajo pero con los problemas de mi hermana Marina ambos tuvieron que prestarle atención a ella por lo que empezó a hacer mal su trabajo y lo despidieron. 

-¿Sabes de que estación te estoy hablando o no? Creo que nunca viajaste ya que a la escuela ibas caminando y a otros lugares o te llevaba yo o te tomabas el autobús-. Dijo algo inquieto.

- Amor, Cielo y Marina solían pasar cerca de la estación cuando iban a la escuela-Dijo mi madre mas relajada.

-Papa se que estas nervioso pero todo va a estar bien, nos vamos a saber a arreglar solas, ya tenemos 18 años, no somos pequeñas-Dije tranquilizándolo.

-Lose pero sabes que tu no eres el problema sino Mari, no quiero que vuelva a decaer, encima ahora tiene a Theo. Es todo una gran responsabilidad para ella y también para ti-.

-Pa yo también seré responsable sobre el, así que no te preocupes, créeme. Cualquier cosa te aviso- Dije dándole un beso en la mejilla. 

-Sabes, lo que me tranquiliza es que se que Rodrigo estará para ayudarlas. Ese chico es tan agradable, respetuoso e inteligente. Como me agrada que sea tu pareja-Dijo mientras me abrazaba.

Yo le respondí con una sonrisa algo pobre. Luego de eso terminamos despidiéndonos. En eso veo que mis padres, antes de irse, miran hacia atrás y saludan algo decaídos. Estaba Marina parada al lado de la puerta con poca reacción. 

Una vez que la camioneta arranco me dirigí hacia adentro de mi casa negra y pequeña. 

- ¿Theo esta durmiendo?- Le pregunte a Marina que seguía parada sin mucha expresión.

-Si, ¿Te puedo hacer una pregunta?-Dijo repentinamente como si hubiera ignorando mi pregunta. 

-¿Así que ante cualquier cosa tenemos que confiar en Rodrigo?, uf me siento mas segura así-Dijo sarcásticamente.

-Mar no empieces, ¿si? recién se van nuestros padres y ya empiezas a atacarme- Dije tratando de evitar la pelea.

- Sabes, todavía no entiendo como papa no se da cuenta de la clase de persona que es Rodrigo-Siguió ignorándome.

-Marina, Rodrigo no es un mal chico, ya para. No se aun porque te cae tan mal-Dije defendiéndolo.

- ¿Aun no sabes? ¿Cuantas veces te lo tengo que decir? Empecemos que un poco tiempo después de empezar a salir contigo, se me lanzo ami. Enserio ¿como puedes estar con un chico así? ¿No recuerdas como te hacia sufrir?-.

- No creo que haya sido tan así, ademas no siempre el comienzo es color de rosas. Todos pasan por complicaciones al comienzo-Dije desviando la mirada.

- ¿Sabes que creo? ¡Creo que es un controlador!-Dijo levantando el tono de voz.

- Ya basta Marina- Yo ya me estaba desesperando. Era difícil el que yo me enojara pero no me gustaba pelearme con Mar. Ademas su carácter fuerte cansaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 10, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El llanto del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora