El día en que Severus Snape descubrió que estaba embarazado, su vida cambió para siempre. Desde el primer momento, supo que esta experiencia sería completamente diferente a cualquier otra que hubiese enfrentado. Criado por abuelos estrictos en un ambiente de sangre pura donde los sentimientos rara vez se compartían, Severus no estaba acostumbrado a la idea de vulnerabilidad o dependencia… pero con Sirius todo parecía distinto.
___________________________________________El descubrimiento
La mañana comenzó como cualquier otra. Severus despertó sintiéndose más cansado de lo habitual, con una ligera náusea que atribuía al té de la noche anterior. Sin embargo, algo más le inquietaba. Su aroma a vainilla y margaritas, siempre tan sutil, ahora llenaba la habitación con una dulzura que incluso él encontraba abrumadora.
Se dirigió al baño en silencio y realizó un hechizo diagnóstico que había aprendido años atrás. Cuando el humo azul se formó en el aire y se transformó en letras claras que decían "positivo", Severus se quedó inmóvil.
"Estoy… embarazado," murmuró, su voz apenas audible.
A pesar de los años que llevaba con Sirius, el alfa rebelde y amoroso que había conquistado su corazón desde la adolescencia, Severus no estaba seguro de cómo manejar la noticia. ¿Cómo reaccionaría Sirius? ¿Sería un buen padre? ¿Estaba él mismo preparado para esta nueva etapa?
Severus bajó lentamente las escaleras y encontró a Sirius en la cocina, preparando tostadas con mermelada mientras tarareaba una melodía desafinada. Al verlo tan despreocupado, Severus se sintió abrumado por una oleada de emociones.
"Sirius," dijo con un tono neutro, intentando mantener la compostura.
Sirius se giró con una sonrisa. "¿Qué pasa, Sev? ¿Te sientes bien?"
"Estoy embarazado."
Por un momento, Sirius simplemente lo miró, parpadeando como si las palabras no tuvieran sentido. Luego, de golpe, dejó caer la tostada que tenía en la mano.
"¿Qué dijiste?"
"Estoy embarazado," repitió Severus, esta vez con un poco más de seguridad.
Sirius se quedó congelado, sus ojos recorriendo a Severus desde los pies hasta la cabeza como si pudiera ver el milagro que llevaba dentro. Finalmente, soltó una risa nerviosa antes de correr hacia él y levantarlo del suelo en un abrazo torpe y eufórico.
"¡Severus, vamos a tener un bebé!"
"¡Sirius, bájame ahora mismo! Estoy embarazado, no quiero que me sacudas como un saco de patatas," protestó Severus, aunque no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa ante la emoción desbordante de su esposo.
___________________________________________Los primeros meses: antojos y paciencia
El embarazo de Severus trajo consigo desafíos que nunca había anticipado. Para empezar, sus antojos comenzaron de manera inesperada y caprichosa. Una noche, despertó a Sirius a las dos de la madrugada.
"Sirius, necesito un pastel de calabaza. Ahora."
Sirius, que estaba profundamente dormido, apenas pudo abrir los ojos. "¿Qué? ¿Ahora? Pero, Sev…"
"No me hagas repetirlo," dijo Severus con una firmeza que no admitía discusión.
Con un suspiro resignado, Sirius salió de la cama, se puso su capa y desapareció con un crack. Regresó media hora después con un pastel perfectamente decorado, que Severus devoró sin piedad mientras Sirius lo observaba con una mezcla de amor y diversión.
"¿Sabes? Te ves adorable cuando exiges cosas," comentó Sirius mientras acariciaba el vientre que apenas comenzaba a notarse.
"Y tú te ves insoportablemente complaciente cuando cedes a todos mis caprichos," replicó Severus, aunque su tono tenía un dejo de afecto.
![](https://img.wattpad.com/cover/385036724-288-k786940.jpg)
ESTÁS LEYENDO
té a media noche
Nouvellesa severus se le antoja un té y empieza a recordar el como conoció a su esposo. ¡Quédate y descubrelo¡